El 28 de enero de 2015 se produjo el último realojo de las infraviviendas que existían en la zona del Ventorro, junto a Perales del Río, aunque perteneciente al término municipal de Madrid. De esta forma se eliminaba un foco de viviendas que no reunían las condiciones mínimas para vivir y donde muchos niños tenían que convivir con ratas y en condiciones insalubres.
A los vecinos los realojaron pero tras de sí quedó un rastro de escombros por el que la Asamblea de Perales lleva meses protestando: primero ante la Comunidad de Madrid, que ha declarado que el competente para este asunto es el Ayuntamiento, y luego ante el consistorio de la capital, con cartas dirigidas al concejal del distrito de Villaverde, Guillermo Zapata, y también a la concejala de Medioambiente, Inés Sabanés.
La zona, cercana a algunos colegios, es fuente de ratas e insalubridad. A pesar de las peticiones de limpieza, estas se han desoído. Tanto es así que el problema comienza a ser otro, como se puede ver en las imágenes que acompañan: comienza a haber nuevos asentamientos en la zona, fruto también, según los vecinos, de la falta de vigilancia policial.
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