Un día el agua se tiñe de blanco; al siguiente parece alquitrán lo que baja. El arroyo que pasa por Perales del Río y que desemboca en el cauce principal del río, entre las dos depuradoras, es una fuente de efluvios y de contaminación cuya procedencia podría ser una fábrica en el polígono de Los Olivos. «Hay muchas veces que en el barrio huele como a productos químicos. Pensábamos que podía ser del aire, pero ahora creemos que proviene de los vertidos en el río». José Julio Delgado es vecino de Perales, de los de «toda la vida». Por eso está acostumbrado a las ‘particulares’ condiciones de este barrio que tiene que lidiar con los olores de las depuradoras, con los mosquitos, con los problemas de transporte…
Eso es lo habitual. Lo que es más novedoso es la forma de encarar el problema. Él y otra docena de jóvenes del barrio («tenemos entre 27 y 33 años») han formado el colectivo Perales en Marcha, que ha decidido pasar de las quejas a la acción. «Una vez al mes, más o menos, estamos retirando la basura que encontramos en la bajante del río. Es una vergüenza como está. Cada día te encuentras una nueva sorpresa». Se protegen con mascarillas, botas, y se ponen manos a la obra, en el arroyo que pasa en el límite entre Getafe y Villaverde, en la zona del Ventorro.
Han puesto en conocimiento de las autoridades medioambientales su sospecha que los vertidos «proceden de una fábrica del polígono de Los Olivos», pero aún no conocen los resultados de la investigación. «Queremos ser una parte activa en el cuidado del entorno de Perales del Río», así que hace unos meses decidieron crear la agrupación. «Pretendemos hacer actividades culturales, deportivas, plantaciones de árboles, hacer algo con un entorno único que tenemos abandonado como son las Lagunas de Perales». Son los primeros pasos de una iniciativa ambiciosa y diferente.
Fotos: Perales en Marcha
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