El respeto profesional es un valor que parece está en desuso. Y la del periodista es una profesión denostada hasta la extenuación. Hasta llegar un punto en que unos y otros, propios y ajenos utilizan al PROFESIONAL como moneda de cambio de la información. Ya basta de cuestionar la validez y la honorabilidad de aquellos que día a día se sientan frente al ordenador para tratar de escribir con la mayor honradez posible el día a día de un municipio, de una región o de un país. Garbanzos negros los hay, no lo voy a negar, pero son excepciones. Sí me he encontrado con periodistas que creen en lo que hacen, en lo que escriben y que están hartos de que su trabajo se infravalore, se utilice en beneficio de unos y otros.
La penúltima afrenta es la web de la verdad que promueve Manuela Carmena. Utilizar fondos públicos para cuestionar la labor de los profesionales es una aberración que atenta directamente contra la libertad de información que ostenta el periodista. ¿La visión corregida aportada por el Ayuntamiento de las noticias que consideren inexactas, erróneas, incompletas qué garantía tiene de no estar manipulada por los poderes públicos? Ninguna.
Es una falta de respeto más a la profesión y a sus profesionales. De los muchos que se producen en el día a día. Hartos estamos de plasmas, de notas de prensa, de esconder la información. Y sobre todo de esnobismo y superioridad. Hoy GETAFE CAPITAL no ha estado en una rueda de prensa a la que había sido invitado. Porque las formas, los dobleces de la ‘invitación’ a lo que invitaban precisamente es a no ir. Hoy no informaremos a los vecinos de esa presentación porque se ha faltado al respeto a los profesionales de este medio. Es hora de hacernos valer.
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