La Unidad de Cuidados Paliativos marca sus pautas en base a los deseos del paciente y su familia
“Es como un engranaje en que cada pieza es fundamental para dar la máxima atención de calidad tanto a nuestros pacientes como a su familia”. Alfredo Domínguez compara la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital de Getafe con un reloj suizo. Él, junto a Yolanda Honrado, son los enfermeros de la unidad. “No solo curamos daños físicos externos, sino que nos dedicamos al terreno psicoemocional, atención a los compañeros, terreno social, y el plano espiritual”.
A estos dos enfermeros se unen dos médicos, una psicóloga, una trabajadora social y un auxiliar de administrativo. Todos ellos forman el equipo interdisciplinar de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital de Getafe, aunque “la atención paliativa no solo es labor de este equipo, también es de oncología, medicina interna, equipo de atención primaria, y el equipo de soporte domiciliario”, aclara Mª Jesús Boya, coordinadora de la unidad en el Hospital de Getafe.
Los cuidados se establecen “en base a los deseos del paciente y su familia. Probablemente es ese plus de calidad que ellos perciben aquí”, explica Mª Puerto Gómez, trabajadora social del equipo de atención psicosocial de la Fundación Instituto San José.
En paliativos se interviene cuando “un paciente está en la fase avanzada de una enfermedad, que es cuando aparecen más necesidades. Ya sea una enfermedad física por control de síntomas o una psicoemocional”, aunque, “no es necesario que el paciente ya no tenga cura para atenderle en paliativos. Se le atenderá independientemente del tiempo de vida estimado”, dice Boya. La labor principal del equipo es “dar una buena calidad de vida”.
Gómez añade que el proceso no termina con el final de la vida del paciente. “Toda la parte del duelo es importante y los familiares reciben un apoyo después”. Su trabajo continúa todo el tiempo necesario, por eso “si tuviéramos que elegir una palabra que nos defina sería presencia”, concluye.
Para evitar que los familiares se desborden es imprescindible el trabajo de Mª Isabel Carreras, psicóloga del equipo de atención psicosocial de la Fundación Instituto San José. “Exploramos todas las necesidades como miedo, temor, preocupación, deseos de final de vida… Siempre al ritmo de información que el paciente tiene en ese momento”. Estos procesos necesitan mucho tiempo, y en ocasiones se ha enfrentado a casos donde “hay parejas que no están casadas y hemos intentado el matrimonio para los beneficios posteriores a nivel de una pensión de viudedad”.
El Hospital de Getafe destaca por ser pionero en la Unidad Integrada, “un proyecto piloto que coordinamos desde aquí y está formado por los equipos de atención domiciliaria, la unidad de camas de cada sector y los equipos de soporte” expone Mª Jesús Boya. Todos ellos se coordinan, explica, “gracias a que la historia de los pacientes está informatizada y al servicio de todos los profesionales que se coordinarán para favorecer a la continuidad de cuidados de unos niveles a otros”. También se realizan sesiones de forma semanal mediante videocolaboración”.
“Paliativos es la casa del enfermo”
A pesar de que el nombre de paliativos cause temor entre personas que equivocan su significado, Basilio Calle está agradecido a todos los profesionales de la unidad porque considera paliativos como “la casa del enfermo, donde es atendido por personas que les palian la vida dándoles un cuidado adecuado y bueno”.
Él conoce por experiencia la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital de Getafe. Su hermano, Ángel Calle, y su cuñado han pasado por allí durante su enfermedad.
En el caso de Ángel, “le vimos recién diagnosticado de una enfermedad oncológica antes de empezar con quimioterapia, fue un seguimiento largo”, recuerda Beatriz García, médico de la unidad.Su fallecimiento resultó duro para los familiares, que necesitaron un seguimiento especializado por parte de Mª Isabel Carreras, psicóloga del equipo de Atención Psicosocial. “Lo trabajamos primero ayudando a la madre a elaborar sus emociones para que luego pudiera hacerlo con la niña”, explica la psicóloga.