Comportamientos intolerables de los de abajo

Tras las recientes elecciones andaluzas recordé un artículo de José Luis López Bulla en que analizaba, con encuestas sobre la mesa, lo que pudiera resultar para Izquierda Unida en próximas contiendas electorales. Utilizaba una anécdota personal por él denominada como paradoja Pierre:

“Situaré lo que llamo la paradoja de Pierre. Pierre, era un dirigente comunista francés, concretamente de Marsella. En cierta ocasión, a finales de los ochenta, nos dijo a Joan Coscubiela y a un servidor lo siguiente: «notres idees avancent, le parti recule». Obviamente, se refería al Partido comunista francés.”

Vaticinaba, con gran acierto a tenor de los comicios andaluces, que Izquierda Unida no recogería en votos lo que ha ido sembrando tan fatigosamente en todos estos años y afirmaba que los votantes de Podemos no observaban a IU como una fuerza que intimidara al sistema.

Aquí discrepo cordialmente con el articulista en cuanto la caracterización dada a Izquierda Unida. Yo la caracterizo nítidamente como fuerza transformadora, coincidiendo en el deseo de ocupar Podemos ese espacio intimidante de la Política por lo que relataré a continuación.

El jueves 26 de marzo, Izquierda Unida de Getafe celebraba una Asamblea no abierta a simpatizantes, es decir, exclusivamente para militantes, y de estos los que estuvieran al corriente de pago.

Con más buena voluntad que acierto, a tenor del desarrollo de la Asamblea y de que la misma tuviera que ser suspendida, se permitió, acuerdo previo mediante, que pudieran asistir, que no participar con voz y voto, militantes no al corriente de pago así como ex compañeros hasta recientes fechas que causaron baja inmediata en Izquierda Unida al participar en procesos y candidaturas que van a disputar el voto a nuestra organización en próximos comicios municipales. El comportamiento y actitud de los “invitados” dista mucho de cualquier aproximación al concepto de compañerismo y de la predicada tolerancia y respeto de quienes se sitúan en la izquierda ideológica.

Interrupciones constantes a los que hacían uso de la palabra, descalificaciones personales y hasta conatos de violencia fueron sus grandes aportaciones al debate.

En varias ocasiones fueron invitados, en este caso, a abandonar la sala para poder continuar con normalidad la Asamblea, pero a modo del que abusa de casa ajena, ya que se desarrollaba en la sede local de Comisiones Obreras, a gritos solicitaban su particular forma democrática y civilizada forma de entender la política: Que nos saque la policía proferían a voces. Reitero nuevamente que, valientes ellos, querían protagonizar un “desahucio express” a costa de Izquierda Unida y de la hospitalidad de CCOO.

La sensatez de la organización imperó y pese a los contratiempos que pudieran ocasionarse a Izquierda Unida (uno de los puntos a tratar era la candidatura de Izquierda Unida al Ayuntamiento de Getafe), la Asamblea se suspendió.
Lejos esta de mi intención en definir a las personas que con tan bochornoso comportamiento reventaron la Asamblea como de no izquierdas, pero desde esa actitud asumen formas de entender la política tan diametralmente alejadas a la izquierda que se aproximan peligrosamente justamente hasta donde hasta recientemente combatían, es decir, el capitalismo y sus expresiones económicas del liberalismo y políticas del conservadurismo. Predica Pablo Iglesias “plantear la pelea política en ese eje es entregarle la victoria al enemigo”.

Es lo que tiene cambiar el paradigma izquierda y derecha por los de arriba y los de abajo, que en los de abajo caben más opciones ideológicas, incluso antagónicas.

“¡Ni nos domaron, ni nos doblaron, ni nos van a domesticar!, ni nos van a intimidar, añado Yo.

Redacción Getafe Capital

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