El recuerdo del Club Atlético Getafe perdura a través de sus veteranos
No buscaban ser atletas de élite. Las competiciones eran un entretenimiento que en muchos casos les llenó de premios que no esperaban y de un reconocimiento que aún les emociona. El Club Atlético Getafe, dedicado al atletismo, es una de las entidades más reconocidas del municipio y que a día de hoy sigue formando a todos aquellos que aman esta modalidad. Una dedicación que recuerda al motivo por el cual nació este club: el compartir la pasión hacia un deporte.
Blas García Marín y un grupo de aficionados al atletismo decidieron fundar el Club Atlético Getafe un 12 de febrero de 1972. Más de 40 años después, la historia de sus corredores y logros se recuerda a través de las reuniones del grupo Atletas Veteranos Atlético Getafe 1972. Una idea que nació la década pasada a manos del fallecido Ángel Calle, miembro desde sus inicios. “Se le ocurrió reunir a todos aquellos que por entonces tenían 15 años y ver qué había pasado, encontrándote a gente de ya 50 años” explica Blas García Marín, el que fuera entrenador de este grupo. “Fue una sorpresa muy agradable, en la última cena celebrada nos reunimos 47 personas”, comenta recordando la reunión del 7 de febrero en el bar Plaza de Getafe, local al que han nombrado su sede. Una cena que se viene repitiendo cada año desde 2009 a excepción de una sola fecha: el 2011. “Ángel Calle estaba enfermo en el hospital, y no nos parecía ético reunirnos”, explica Narciso Herranz del Pozo Chicho, uno de los atletas veteranos.
Con la intención de rememorar sus primeros años, los veteranos deciden juntarse el primer fin de semana de febrero, quedando así una fecha de reunión cercana al aniversario del club. Lo que empezó siendo como una quedada entre viejos amigos se acabó convirtiendo en un evento honorífico. “Me gustaría que estas reuniones estuviesen abiertas a todos, no solo a nuestro grupo”, confiesa Blas. Hasta día de hoy, las cenas han atraído a los miembros de un conjunto que por aquel entonces se reunía durante muchas horas de entrenamiento. Ahora Blas busca que no solo aquellos atletas acudan, sino que miembros de las décadas de los 80 y 90 e incluso actuales puedan asistir a sus cenas para mantener viva la historia del club. “Los pequeños de ahora nos ven como abuelos o padres”, explica el ex entrenador, “en nuestra época esto era un deporte minoritario en España, no tenías casi apoyos, y crear el club fue todo iniciativa mía. Es importante que todos nos unamos para recordarlo y mantenerlo”. Además de sus propios logros, los veteranos recuerdan con emoción el paso de atletas que llevaron al club a los grandes puestos del ranking nacional. Nombres como Antonio Mañero Flores, Pillar Gallardo o el actual presidente del Club Atlético Getafe, Francisco de Torre Ágreda y que ahora el grupo de veteranos busca mantener en el recuerdo. “Todo esto lo hacías porque te gustaba, no ibas con el ánimo de ganar dinero ni competir”, explica Chicho. Tanto para Blas como para Chicho les es fácil encontrar las diferencias entre las generaciones de atletas. “Lo que nosotros hacíamos estaba lleno de pasión”.
No ven un cambio en la técnica, sino en el entorno que lo rodea y que ha evolucionado. “Ahora la vida es más higiénica, se cuida más la alimentación. En estos momentos hasta te hacen reconocimientos médicos, eso entonces no pasaba”. Las cosas han cambiado, eso lo recuerdan a la perfección, y para Chicho “solo hace falta mirar” para comprobarlo. “Tú ves a un atleta con las deportivas de Messi o Ronaldo… yo en su momento le dije a mi padre una vez que me comprase unas botas de clavos para correr y me dijo que primero había que comer”, recuerda.
Se muestran en cambio orgullosos y contentos por el cambio. El que nuevos atletas se puedan permitir llevar ropa especializada y dediquen más factores de su vida al deporte ayuda a que modalidades como el atletismo se perfeccionen, y eso es por lo que los veteranos también quieren luchar, contando cada vez con más miembros en su grupo. Poco a poco, toda estas personas que tantos triunfos dieron al club buscarán agrandar ese listado que Blas lleva al día y en el cual numera a todo aquel que quiera formar parte de esta familia. “Ya somos más de 80”, asegura, pero en su lista aún hay hueco para muchos más.
Una familia unida
Todo empezó gracias al interés de Blas por compartir su conocimiento respecto al atletismo, y eso acabó creando una auténtica familia que pese al paso del tiempo sigue unida. “La primera vez que te reúnes tras tantos años no reconoces a la gente”, comenta entre risas Chicho, “pero después de tanto tiempo, a los cinco minutos era como si estuviésemos 30 años atrás”. Ha pasado mucho tiempo. Las fotos en sepia o blanco y negro ahora lucen a todo color, y las personas que antes compartían colegio o vecindario entre entreno y entreno ahora tienen sus propias vidas. Muchos ni si quiera residen en Getafe, y otros tantos no llegaron a mantener una relación formal con el grupo. Pero el cariño es algo duradero que ha sobrevivido al paso del tiempo, siendo así un sentimiento que el grupo de veteranos consigue mantener y compartir año tras año.
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