Habrá que ver en las próximas semanas si de invictus pasa a innombrable. Tomás Gómez ha caído. De forma radical y discutible, en un momento clave electoral. Un golpe de mano cuyo peligro es que detrás esconda más intereses que los explicitados. Que Tomás era un lastre para el socialismo madrileño lo decían los datos (la afiliación se había reducido de 30.000 a 15.000 militantes), las encuestas que le aventuraban un desastroso resultado, e incluso las citas electorales pasadas donde el que fuera el alcalde más votado de Parla ha ido multiplicando sus derrotas. Nada hacía presagiar que la situación pudiese ser reversible y sorprende oír todavía voces apoyando a Gómez cuando todo conducía al desastre.
Pero el órdago de Pedro Sánchez debe ir más allá.
En cualquier derrumbe hay una oportunidad de reconstrucción, siempre que se actúe con inteligencia y visión de partido. Si después de este golpe, no hay posibilidad de integración, nada habrá cambiado en la convulsa federación socialista de Madrid. Los únicos que perderán serán los militantes del PSOE, por encima de los cuales se ha pasado para realizar esta maniobra. Pero aún hay una oportunidad para construir un alternativa sólida. Siempre que el clientelismo interno al que se rinden la mayoría de partidos no gane la batalla.
En cuatro días está previsto nombrar un nuevo candidato a la Comunidad, mientras en las agrupaciones locales el proceso ya está mucho más avanzado y en municipios como Getafe, se han aprobado las listas al completo. Sara Hernández consiguió el refrendo del 72% de la asamblea con una lista en la que ha roto con los moldes establecidos. La decisión es, cuanto menos, valiente y marca la renovación radical en el PSOE local, con una única concejala que repite en lista. Ante el desconocimiento de los nombres presentados se abren otros interrogantes en los que habrá que dilucidar si la lista es realmente integradora, si es representativa de la sociedad getafense y de sus afiliados, si no es demasiado personalista, y, finalmente, si es atractiva para la ciudadanía. Esas incógnitas se irán desvelando, como muy tarde, el 25 de mayo. La maquinaria está en marcha