Heladitos están en el Ayuntamiento (hay quien dice que no es para tanto). Y los sindicatos, prestos y veloces, han cumplido su amenaza: paralizamos la actividad. Eso sí, cinco minutos nada más, para dar muestras del descontento y luego seguir a lo suyo. A ver si es que la pobreza energética también es algo que se ha colado en el Ayuntamiento. ¡Qué misterios, oiga!