Dicen los que han tenido oportunidad de leerlo que el último número de Charlie Hebdo rezuma tristeza. Hoy se cumple una semana del fatídico ataque en el que murieron doce personas de la redacción, entre ellas el director de la publicación y la revista ha salido a la calle con una tirada especial de 3 millones de ejemplares. Ya no se puede encontrar: se ha agotado en todos los quioscos. Planean ampliar esta edición hasta los cinco millones, y se traducirá también al español.
Es una forma de solidarizarse con la reivindicación de la libertad de expresión, que esta revista satírica lleva hasta sus últimas consecuencias. En la portada de hoy, Mahoma sujeta una pancarta en la que se une al lema más repetido estos días: Yo soy Charlie, con un titular: Todo está perdonado. Una lágrima brota también de sus ojos.
La reivindicación común es la defensa de la libertad de expresión. Y los homenajes a las víctimas se repiten. El País ha reunido hoy en un encuentro al director del periódico, Antonio Caño, junto al presidente de EL PAÍS y de Prisa, Juan Luis Cebrián; el escritor y filósofo francés Bernard-Henri Lévy; el embajador de Francia en España, Jérome Bonnafont; y los tres viñetistas del diario, Peridis, Forges y El Roto. También se ha proyectado un mensaje grabado del historiador británico Timothy Garton Ash y se ha leído un testimonio del escritor español Juan Goytisolo. En el acto también ha participado el expresidente del Gobierno, Felipe González.