L’Europe est Charlie

Europa es Charlie. París, capital europea contra el terrorismo y por la libertad de expresión

Liberté, Égalité, Fraternité. Francia hizo ayer honor a su lema reuniendo a un millón de personas en defensa de la libertad de expresión y contra el terrorismo en su famosa plaza de la República. El famoso grito surgido tras el atentado a la revista Charlie Hebdo ‘Je suis Charlie’ se transformó durante el domingo 11 de enero en un multitudinario ‘L’Europe est Charlie’ convirtiendo a la ciudad francesa en la capital europea y «del mundo», como bien anunciaría su presidente Francçois Hollande.

La izquierda y la derecha quedaron a un segundo plano durante el domingo. El presidente de España Mariano Rajoy, la canciller alemana Angela Merkel o el primer ministro británico David Cameron fueron algunos de los representantes internacionales que caminaron junto a Hollande por las calles de París. Junto a ellos, apariciones y presencias de especial significación como las de Benjamín Netanyahu (primer ministro israelí), Mahmud Abbas (presidente de la Autoridad Palestina) o Ibrahim Bubacar Keita (presidente de Malí) también llenaron de unión a este día en el que el sentimiento francés inundó más de un corazón.

Junto al grupo de mandatarios, la emoción llegó de la mano de los supervivientes y representantes de las víctimas en los atentados de Charlie Hebdo del jueves o la tienda de alimentación judía del viernes. Momentos de hermandad entre el presidente Hollande y Patrick Pelloux, médico y miembro de Charlie Hebdo, o con el hermano del agente de policía musulmán asesinado recalcaron una vez más la unión del pueblo francés por la libertad de expresión. Junto a gritos de «Yo soy judío» «Yo soy musulmán» o «Yo soy poli», Francia y Europa se mostraron en contra de cualquier signo extremista y de terrorismo que pudiese atacar a la población mundial.

Sin embargo, no sólo París acogió a manifestantes bajo el lema «Je suis Charlie». Ciudades como Lyon o Burdeos encabezaron marchas con 200.000 y 100.000 personas respectivamente a las que se les unieron Perpignan, Saint-Etienne o Dammartin. La República Francesa mosotró su fuerza, su hermandad y su tolerancia contra todos aquellos que actúan de forma inaceptable contra el respeto, la libertad de expresión y la igualdad, castigando con el apoyo del resto de Europa cualquier ataque que busque intentar acabar con los derechos fundamentales de cualquier ser humano.