Se lo habían adelantado, pero Mónica Pascual no ha respirado hasta que ha podido ver la carta de la dirección de área territorial Madrid-Sur: Iker, su hijo diabético de tres años, tendrá enfermera en su colegio de Perales del Río a partir de enero. «Solo puedo dar las gracias a todos los que nos han ayudado con las más de 7.000 firmas que hemos recogido de toda España y a todos los que se han hecho eco de nuestra situación. Es un alivio y una satisfacción y ojalá sirva para que otros niños en su misma circunstancia puedan tener una solución».
Mónica peleó para que se le reconociese el derecho que tenía Iker a atención médica en el centro escolar. Con poco más de 2 años se le detectó diabetes, y desde entonces dependía de la insulina, con controles cada dos o tres horas que, debido a su corta edad, requerían de la presencia de un adulto. A falta de enfermera en el CEIP Daoíz y Velarde donde estaba escolarizado desde septiembre, era su madre la que acudía al centro para hacerle los controles. No tenía otra salida: «La única alternativa que me daban era que cambiara al niño de colegio, pero mi lucha era que mi hijo se quedara en su barrio, con sus amigos y su hermano». El alcalde recibió su petición «y me llamó a través de su jefe de Gabinete para decirme que los trámites que había hecho con las diferentes consejerías no habían dado resultado y que no había otra opción que cambiar de colegio al niño». Al día siguiente recibió la carta de la consejería diciendo que sí se atendía su petición.
GETAFE CAPITAL expuso el caso de Iker, reclamando una solución a su situación. Hoy «tenemos el mejor regalo de Navidad».