No hubo goles en el Coliseum y el Getafe arrancó un meritorio punto a un Barcelona en horas bajas, que no supo hacerle frente a un conjunto local que se hizo fuerte en el Coliseum Alfonso Pérez. Imprecisiones, falta de creación y encomendándose al balón parado, el equipo de Luis Enrique dista mucho de ser el equipo campeón que sobre el papel dicen los nombres y los presupuestos de sus jugadores. El Getafe planteó un partido serio, cerrando la defensa y presionando en la medular. Ni unos ni otros lograron romper la portería rival y el árbitro consiguió enfadar a la afición local pitando el final del encuentro cuando Álvaro se había plantado solo frente al portero culé. Un punto que al Getafe le sabe a poco.