Si Cofely es la empresa que movió contratos de mayor envergadura dentro de la Operación Púnica, Waiter Music pudo haber sido la que proveyó a Francisco Granados de una parte importante de su dinero en Suiza a través de comisiones ilegales, según los indicios del juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco. Granados podría haber usado su influencia para que municipios gobernados por el Partido Popular contrataran con esta productura: se calcula que más de 40 localidades se sirvieron de Waiter Music a tal efecto. Y entre ellas, está Getafe, que contrató a través de negociados sin publicidad los grandes conciertos de fiestas de 2012, 2013 y 2014. No hubo más plicas, nadie se presentó a sendos concursos en los que se adjudicaron 70.741 euros (2012), 136.730 (2013) y 205.000 (2014).
¿Con unas cifras tan golosas, por qué no hubo más licitadores? El alcalde, Juan Soler, responde con desparpajo a esta cuestión. «Lo que hacemos nosotros, es que cada una de las partes que tienen las fiestas, sacarlas a concurso con el procedimiento que sea propio según la cuantía que se va a licitar, para ir ahorrando. Cierto es que Waiter Music, si tú querías traer a un cantante determinado, estabas obligado a tratar con ellos porque algunas giras las tenía en exclusiva: por ejemplo Fangoria, por ejemplo Soraya. Si querías un contrato concreto tenías la obligación prácticamente de contratar con ellos». Las empresas representantes de Fangoria (Spanish Bombs) y de Soraya (Suspiria Producciones) niegan rotundamente que haya ningún tipo de exclusividad con ninguna promotora de conciertos y mucho menos con Waiter Music. Pero también lo niegan los representantes de Lagarto Amarillo, de Rosendo, de las Nancys Rubias, de María del Monte… No se firman exclusividades: cualquiera puede llamar al representante, solicitar el caché y negociar el contrato. El PSOE de Getafe, de hecho, ya ha reclamado que, además de ver los contratos con Waiter, se faciliten las cartas de exclusividad, si las hubiera, con los artistas contratados.
La historia se repite en muchos ayuntamientos gobernados por el Partido Popular como el de Getafe: se cierran fechas y cachés con Waiter Music incluso antes de que esté el pliego de condiciones publicado. Y la empresa de José Luis Huerta es la única que cumple las condiciones para llevarse el concurso. De hecho, en el pliego de condiciones del negociado sin publicidad para 2013, se explicitaban los artistas y las fechas que tenían que actuar en incluso ya se advertía en este expediente que «por razones artísticas y de protección de derechos de exclusividad el contrato solo puede encomendarse a la empresa Waiter Music SL, que como promotora de los conciertos es la única que cuenta con los derechos de exclusividad de los artistas seleccionados para participar en los mismos en las fechas establecidas». No había otra opción, y resulta ser la única plica.
En 2014 se apuesta por hacer un concurso abierto, quizá ante las dudas que siembra el anterior modelo. El precio se incrementa además hasta los 205.000 euros (IVA incluido) y en este caso no se habla de ningún artista en concreto. Pero los pliegos de condiciones se presentan apenas un mes antes de que se celebren las fiestas y la resolución del concurso se produce el día 5 de junio: el 6 de junio, solo un día más tarde, se celebraba el primer concierto. En todos los casos en que Waiter Music concursó, la bajada fue de 0 euros respecto al precio de licitación. Y además de contratar los conciertos de las fiestas patronales, también eran adjudicatarios, a través de contrato menor, que se hace sin concurso y sin publicidad, de algunos festejos de Carnavales. Juan Soler sin embargo, resta importancia a los contratos firmados con Waiter Music: «Son de poca monta, de 160.000 euros, creo recordar». El último, al que hay que sumar el IVA.
Curiosas relaciones
El responsable de Cultura durante toda la legislatura ha sido Pablo Martínez Martín, que anteriormente había trabajado como Técnico de Comunicación en la empresa pública Campus de la Justicia, como él mismo da cuenta en su declaración patrimonial que realizó a principios de legislatura. Campus de la Justicia dependía de la Consejería de Justicia de la Comunidad de Madrid, que dirigía Francisco Granados, ahora en la cárcel por ser supuestamente el cerebro de una trama donde se cobraban comisiones ilegales y mordidas, y donde Waiter Music es una pieza clave. El mes en el que se incorporan tanto Pablo Martínez como Granados a sus puestos de trabajo coincide: junio de 2008.