«El teléfono móvil contiene información referida a mensajes enviados por el sr. alcalde desde su teléfono al denunciante, que son revelaciones confidenciales del propio alcalde acerca de conductas de éste presuntamente delictivas». Rafa Salazar ha presentado una denuncia en el juzgado de instrucción de Getafe contra Juan Soler, contra su jefe de Gabinete, Miguel Garzón, y los dos escoltas del regidor que participaron en el incidente. Se les acusa de presuntos delitos de detención ilegal, agresión, coacciones y descubrimiento y revelación de secretos.
En el escrito presentado por Salazar, tras su despido en la mañana de ayer, que finalizó con el asesor del Ayuntamiento en urgencias con un ataque de ansiedad, detalla cómo sucedieron los hechos. El denunciante solicitó una reunión con Juan Soler «debido al clima de persecución y hostilidad a que se ha visto sometido desde que criticara las decisiones políticas llevadas a cabo por el equipo de Gobierno». Rafa Salazar asegura que en el despacho «como es habitual en los últimos meses, comenzó a dar voces y a insultar «. En determinado momento, la discusión sube de tono y Soler amenaza con cesarle de su puesto. Salazar le dijo «hazlo». Y acabó marchándose del despacho sin trabajo.
Es en ese momento «en el pasillo anexo y cerrado (en la zona conocida como búnker)», donde «fue abordado por el jefe del Gabinete y los dos escoltas armados […]. Todos ellos impidieron salir libremente al denunciante agrediéndolo a empellones y siendo retenido contra su voluntad por los denunciados, quienes le amenazaban y le gritaban que entregase el móvil». Salazar tuvo un ataque de pánico «cayendo al suelo, pidiendo auxilio y una ambulancia». Según la versión explicada en la denuncia a la que ha tenido acceso GETAFE CAPITAL uno de los escoltas advirtió que «a ver si vamos a tener problemas», por lo que decidieron sacarle a la zona común.
Salazar pidió auxilio a gritos y fueron los concejales Esperanza Fernández (UPyD) y Enrique Heras (PSOE) los que acudieron a ver qué sucedía. Miguel Garzón, ante varios testigos les dijo a los escoltas «Sacadlo de las dependencias pero antes cogedle el móvil». Ni siquiera pudo ir al lavabo solo para vomitar, y uno de los escoltas impidió que cerrara la puerta. «Acto seguido lo registró ilegalmente, sustrayéndole el móvil del bolsillo trasero y marchándose a continuación».
El dispositivo, propiedad del Ayuntamiento, debe ser devuelto por el usuario, en este caso Rafa Salazar, pero el denunciante asegura que «el procedimiento legal de devolución es la entrega del poseedor cuando cesa en su función en el departamento correspondiente de régimen interior con las garantías legales establecidas y de protección de datos y no utilizando la fuerza, la coacción y el registro ilegal de una persona y sus pertenencias».
La denuncia ha sido presentada esta misma mañana en el juzgado de instrucción de Getafe.
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