Lección número 1 de política electoral en precampaña: hacerse fotos con los vecinos, preferiblemente en la inauguración de algún equipamiento demandado por los susodichos. Y Juan Soler no se salió del guión ni un milímitro al invitar a los asistentes a subir al escenario. Juntos corearon: «Pe-ra-les, Pe-ra-les», en una suerte de arranque mitinero. Así se inauguraba el nuevo Centro Cultural Julián Marías de Perales del Río. Un espacio que los vecinos del barrio han visto impotentes como, tras estar construiudo y acabado no se podía utilizar. Los problemas con la constructura y la falta de correspondencia entre lo que se había encargado y la obra final (la empresa reclamaba más dinero por las obras que había asumido que no estaban en contrato) había provocado que hubiera un edificio listo para ser usado, pero con las puertas cerradas.
Los problemas se han solventado casi al filo de que la legislatura acabase y Perales del Río cuenta ya con su centro cultural, que tiene 2.800 metros cuadrados y un amplio salón de actos para 250 personas, así como sala de lectura y estudio (48 plazas), salas de mayores para actividades y sala REDINT con acceso a internet.
La decisión de llamarlo Julián Marías ha sido personal del alcalde, que considera que este filósofo, ensayista y comunicador «era un hombre de características excepcionales con el que España no se portó bien. Para mí era una obligación moral hacer este reconocimiento, porque además era un hombre respetado por todos».
La inaguración se completó con el reparto de pequeños perales a los asistentes al acto.
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