Comienza a recordar cosas, aunque aún tiene lagunas importantes, pero Teresa Romero, la auxiliar de enfemería contagiada por ébola, no es consciente de haberse tocado la cara con un guante tras atender al misionero fallecido Manuel García Viejo. Lo que sí tiene grabado son las veces que advirtieron a los servicios de emergencias de que podía haber contraído el virus, así como que mandaran una ambulancia preparada, algo que no ocurrió. Teresa Mesa, que está actuando como portavoz de la enfermera, asegura que su amiga «está convencida de que lo que ha hecho está bien y además sigue con esa obsesión».
Mesa ha detallado que la paciente recuerda puntos «muy concretos» como por ejemplo de cuando avisó de que podría tener ébola. En este sentido, la portavoz de la familia ha explicado que su marido, Javier Limón, avisó dos veces sobre este punto.
La carga viral en el organismo de Teresa Romero está bajando, se encuentra mucho mejor y se espera que en los próximos días los análisis puedan dar negativo.