Todos coinciden en que es necesario que se hagan más iniciativas de este tipo por el barrio, pero la opinión más generalizada es que el segundo fin de semana de septiembre no era la fecha más idónea para su celebración. De Cañas por La Alhóndiga celebraba su segunda edición entre el 12 y el 14 de septiembre enmarcada en los proyectos de dinamización del comercio en el barrio. La primera, en el mes de diciembre tuvo la participación de 26 establecimientos; en esta ocasión únicamente se inscribieron 15 y algunos de ellos ni siquiera lo hicieron activamente.
La bajada de participantes, el aislamiento de algunos establecimientos que se encontraron como una isla dentro del proyecto o la mala elección de fechas son algunos de los condicionantes que han supuesto que la sensación no sea todo lo positiva que cabría esperar entre ellos. «La gente está perdida todavía, casi no han empezado los colegios y aunque sí ha venido gente nueva, todos están muy ajustados de dinero con las vacaciones y la vuelta y ha ido regular. Peor que el año pasado», valoran desde Siglo XXI. Otros han superado las expectativas, como el bar La Pepa que vendió «más de 600 tapas» y que reclama «que se haga más a menudo. Estábamos 5 personas y no dábamos abasto», asegura. La Fontana del Tapeo también afirma que «es una buena idea pero ha bajado mucho la gente, sobre todo porque alrededor no se había apuntado nadie». En el Vargas también critican que «no era la fecha adecuada: todavía hay mucha gente de vacaciones y el colegio recién empezado». En el mesón Las Rejas están satisfechos con sus 300 tapas vendidas. «La gente está muy contenta, aunque el año pasdo fue mejor». Casi todos repetirían, siempre que no haya que pagar para inscribirse como hasta ahora: «Si no, habría que hacer cuentas». En la Ruta de la Tapa que se celebra principalmente por el centro sí hay que pagar inscripción.