Desde las 8 de la mañana todas las miradas de Europa están puestas en Escocia. Al finalizar el día, un pedazo de la Unión Europea se puede desgajar si los escoceses apuestan finalmente por el sí a la independencia, lo que abriría un escenario de incertidumbre con muchas incógnitas por resolver. El empate técnico que ofrecen los sondeos entre unionistas e independentistas añade morbo a esta jornada en la que España, y en especial Cataluña, tienen un interés particular por lo que pueda significar en la región catalana la apuesta por el sí. Los indecisos son los que harán inclinar la balanza hacia uno u otro lado.
La pregunta es clara, inequívoca: ¿Le gustaría que Escocia fuera un país independiente? Sí o no. No hay tercera vía, algo de lo que Londres, que autorizó la consulta que en este caso es legal y vinculante, quizá se arrepienta.
La participación puede ser histórica: se han registrado para votar el 97% de las personas con derecho a expresar su opinión y se espera que la cifra efectiva de participación supere el 90%.