A las 10 de la mañana del lunes, 29 de septiembre, están citados nuevamente los trabajadores de Airbus y todos aquellos que se quieran solidarizar con la causa de los ocho sindicalistas que están acusados por los incidentes que se produjeron en la huelga de hace cuatro años. Ese aniversario servirá para tratar de visiblizar la situación que atraviesan, después de que se hayan visto inmersos en un proceso que ahora inicia su fase penal en el que se se solicitan ocho años y tres meses para cada imputado, lo que representa una pena total de 66 años, la pena más alta solicitada de forma colectiva desde el proceso 1001.
Esta concentración a la que asistirá el escritor Luis García Montero, llega precisamente cuando se el juez da por finalizada la instrucción del caso y deriva la causa al juzgado de lo Penal. La Audiencia rechazó el recurso de nulidad que pidió la defensa.
Cuatro años desde aquella huelga
Siete de la mañana del 29 de septiembre de 2010. En la puerta sur de Airbus se escuchan siete tiros al aire. El caos reina en ese momento en que cargas policiales se entremezclan en una huelga general contra la reforma laboral de Zapatero que hasta el momento en la factoría getafense se había desarrollado con normalidad. «Estábamos unos 300 trabajadores dentro de la factoría. Un grupo de trabajadores estaba fuera intentando convencer a los compañeros de que no entraran a trabajar. Pero uno de ellos echó a correr hacia los que estábamos dentro, y los policías entendieron que había alguna agresión, y cargaron”, recuerdan desde CCOO. La situación se descontroló, los trabajadores se replegaron, y “la policía volvió a cargar”, la puerta casi se cerró, un policía cayó al suelo y los agentes retrocedieron para salirse de las instalaciones. Ahí fue cuando se produjeron los disparos al aire. “No se sabe quién disparó”, porque “no hay investigación, al menos pública, respecto al desastre organizativo que tuvo la policía, con cargas a lo loco y dejándose a los compañeros por el camino”. Desde el sindicato al que pertenecían 7 de los 8 acusados se defiende que en todo momento “nosotros estábamos con las manos en alto”. El resultado entre los huelguistas fue de varios contusionados y de tres trabajadores con brechas en la cabeza que acuden al servicio médico y “hasta que no aparece la denuncia más tarde no sabemos que hay un policía herido”. De hecho, a la factoría “no acudió ninguna ambulancia. Aquellos disparos había que justificarlos y eso es lo que lleva a los policías a denunciar”, lamentan desde el sindicato.