Ahora es Buenavista, pero antes han sido otras plazas y otros bares los que muestran el difícil equilibro de la convivencia ciudadana. En el barrio de reciente creación comienzan a proliferar los comercios, junto al creciente número de vecinos que ya ocupan las viviendas. Y entre estos locales, los bares: tan ansiados y tan denostados a partes iguales. Del año pasado a este han pasado de ser un único establecimiento hostelero, a cuatro. Y con ellos, sus respectivas terrazas. Los locales se quejan de que no se les ha concedido el número de mesas solicitadas (cuando en el centro se ven terrazas mucho más numerosas) y que la Policía no deja de acudir a su establecimiento, con el trastorno que ello supone.
Uno de los locales afectados, A Mesa puesta, ve cómo la Policía vigila su terraza mientras aún esperan una respuesta del Ayuntamiento sobre la organización de la misma. «Solicité 12 mesas y me concedieron 8», explica Pura, socia del local, «y en febrero de este año solicité otras 4 y me las denegaron verbalmente, pero nada de forma escrita u oficial». Denuncian un «control exhaustivo» por parte de la Policía Local, que acude al barrio «cada dos días» debido a «las quejas de vecinos, aunque estamos cumpliendo la normativa», asegura. Mientras afirma no entender cómo la Policía decide acudir por las protestas de «dos vecinos» mientras que no se tiene en cuenta la opinión del resto del barrio.
Se trata, explica, de quejas exclusívamente en relación al número de mesas. «Pones una mesa más y la Policía aparece», cuenta Pura. «He estado pasando cada 15 o 20 días por el Ayuntamiento para preguntar por el estado de mi solicitud y me ponen excusas», comenta, «que si el proceso va lento, que si se ha perdido el expediente…».
El concejal de Vía Pública, Manuel Ortiz, explica que han intentado «establecer un punto intermedio y mediar entre una parte y otra, algo que es muy complicado porque las terrazas muchas veces conllevan quejas por parte de los vecinos». Ante el incremento del número de locales, «ya que hemos pasado de uno a cuatro en la misma plaza, optamos por darles a todos el mismo número de mesas: 8. No se podrían colocar muchas más, porque saturamos demasiado la zona. Intentamos ayudar a los hosteleros buscando vías de solución a sus problemas». La resolución de concesión o no de la licencia o en su caso de su ampliación la comunican por escrito, aunque en este caso no ha llegado a manos de los hosteleros. Sin embargo, la presencia policial escapa a sus competencias: acuden ante la denuncia de cualquiera que contemple una situación irregular.
Desde Buenavista, los dueños de los locales se muestran indignados con las prioridades mostradas por la Policía Local en cuanto a sus visitas al barrio. «Está habiendo una oleada de robos en locales y en especial en garajes, pero la Policía solo acude cuando se pone una mesa de más en la terraza». «No entiendo que desde el Gobierno se fomente a los emprendedores y que cuando lo eres te pongan trabas y problemas».