No ha tomado aún posesión del cargo, lo hará el próximo 26 de julio en el Congreso Extraordinario, pero Pedro Sánchez ya ejerce como secretario general del PSOE. Y sus primeras decisiones se han dirigido hacia Europa en un giro sorprendente que deja a los socialistas españoles fuera del barco: se opondrán en la votación del luxemburgués Jean-Claude Junckel como presidente de la Comisión Europea. Se desmarca así del resto de socialistas europeos que habían consensuado con la derecha este nombramiento. Una decisión que recuerda a la tomada por Zapatero nada más llegar al poder, con la retirada de tropas de Irak que tantos quebraderos de cabeza en política internacional trajo durante años. La historia se puede repetir y relegar a Pedro Sánchez y por ende al PSOE español a la irrelevancia. Una decisión que se podría calificar de frívola e improvisada y que parece un guiño lleno de despropósitos hacia el votante de Podemos.
Y esta no es la única decisión polémica de Sánchez, ya que se desdice de lo prometido en campaña y en el debate que se realizó hace apenas una semana: las primarias abiertas podrían no celebrarse en noviembre, como se había asegurado. La decisión la tomará el actual secretario general «hablando con las comunidades». Lo más probable es que estas se retrasen a después de los comicios municipales y regionales y por tanto se celebren después de mayo de 2015, con la convocatoria de elecciones generales ya a las puertas. Donde dije digo digo Diego.