La ONU se reunió esta madrugada de urgencia para tratar la situación entre Israel y Hamas en Gaza
La petición por parte de la ONU y del presidente de los Estados Unidos Barack Obama para el «cese inmediato» de la violencia en Gaza suena tan cómica como factible. La reunión de urgencia que ha tenido lugar esta madrugada entre en el Consejo de Seguridad de la ONU deja como conclusión la dudosa preocupación por parte de los líderes encabezados por Obama sobre la cruel situación que vive el pueblo de Gaza, en el que han muerto más de 500 civiles desde el 7 de julio. Sólo este domingo, el número de personas asesinadas por los ataques de Israel fueron 120 en Shiyaiya, siendo tres de cada cuatro civiles y uno de cada cinco, niños.
Israel y Hamas siguen con su enfrentamiento armado con el pueblo de Gaza como tablero de juego. Las víctimas siguen sumando, y mientras que el ejército israelí suma 13 bajas, el pueblo palestino llega al medio millar. Bombardeos sobre casas, hospitales, plazas públicas y otras masacres como el asesinato de cuatro niños en manos de un misil de la Fuerza Naval israelí son algunos de los acontecimientos trágicos que está dejando este enfrentamiento. Las intenciones de Israel de acabar con el grupo islamista palestino Hamas parecen tener rumbo a través de la población civil de Gaza, que en el mismo periodo de tiempo suma la pérdida de 22 familias completas a causa de bombardeos y ataques militares.
La propuesta de la ONU posterior a estos ataques para que tanto Israel como Hamas firmasen una insuficiente tregua de seis horas sirvió de poco para aquellas familias y ciudadanos de Gaza que quisieron red¡ndir homenaje a todas las víctimas de este enfrentamiento. Otros tantos buscaron entre ese corto periodo de tiempo la forma de escapar del infierno palestino hacia el oeste, mientras Israel y Hamas jugaban sus cartas en el vacío legal que ofrecía su propio acuerdo de tregua. Desde los primeros diez minutos de la misma, las bombas israelíes llegaban a la calle Al Betlayi para continuar su ofensiva, deteniendo con ello a ambulancias que sufrieron un notable retraso en sus rutas. Los milicianos palestinos por su parte iban al encuentro de los tanques israelíes con el personal sanitario de las ambulancias recogiendo cadáveres de las aceras.
Cada día que pasa, los ataques entre ambos bandos continúan aumentando, y con ello las cifras de víctimas inocentes del pueblo palestino, que ven como su sufrimiento no cesa con el paso de los años. El planeta se moviliza contra el silencio informativo y a favor de Palestina y en honor a sus víctimas, y con los pocos recursos en manos de estos pueblos, se exige a Israel el fin del denominado nuevo genocidio. Mientras tanto, la ONU se limita a pedir el cese de los ataques como unos padres que piden a su maleducado hijo que deje de tirarle cosas a los demás niños del parque, sin insistencia y sin despeinarse. Se enorgullecen desde sus puestos de cuestionado poder el conseguir durante el mes de julio la mísera tregua entre ambos bandos que apenas sirvió para reafirmar la masacre del pueblo de Gaza y las pocas intenciones del Consejo de Seguridad Internacional por frenarla.