Bevilacqua y Chamorro han vuelto a escena. En esta ocasión bajo el título de Los cuerpos extraños, Lorenzo Silva ha concluido la que él mismo ha llamado su trilogía de la corrupción que se inició con El alquimista impaciente y continuó con La marca del meridiano.
Para la presentación de la obra estuvo acompañado del fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, que solo tuvo palabras de elogio para el escritor. Silva destacó que el tema de la corrupción «es un fenómeno espontáneo que habita en todas partes». Y añadió que en este país «hay conductas de connivencia con el crimen organizado».
En esta ocasión, su novela se ambienta en una localidad levantina donde se encuentra el cadáver de la alcaldesa. La pareja de guardias civiles se adentrará en una trama de intereses cruzados, de corrupción y de conflictos personales relacionados con la vida sexual de la víctima. «Son unos personajes que se niegan a convivir con esa situación, con recursos limitados para enfrentarse a ella, pero que no se rinden».