El sumario concluye que existió un delito de homicido consumado y otro en grado de tentativa
La titular del Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid, Almudena Álvarez Tejero, ha concluido en el sumario de la investigación por la puerte de David Prieto Fandiño que los tres policías municipales de Getafe llevaron a cabo un delito de homicidio consumado y otro en grado de tentativa.
Los tres policías, acusados por abatir a tiros al presunto ladrón Fandiño en noviembre de 2011 y dejar malherido a su cómplice, Roberto García Castillo, han sido procesados por dichos actos. El Ayuntamiento ya ha anunciado a través de su alcalde, Juan Soler, que «prestará todo el apoyo en su defensa» y que espera que se aclare «a lo largo del juicio la situación que les llevó a actuar como lo hicieron». Los tres policías procesados continúan en activo «pero ejerciendo labores de oficina», sin estar en posesión de su arma reglamentaria.
Los delitos por los que se les acusan están tipificados en el artículo 138 del Código Penal y podrían suponer una condena de hasta 15 años de prisión. Antonio Miguel G.M. ha sido imputado por homicidio consumado y tentativa, mientras que Óscar Daniel C. U. e Ismael G.-M. G. -V lo han sido por delitos de homicidio en tentativa.
La juez también ha impuesto a los tres acusados una fianza para hacer frente a la posbile indemnización de 103.000 euros a María José Frandiño, madre del asesinado, y de 14.000 euros a Roberto García. Puesto que los disparos provocados por los policías durante el suceso se dieron estando los tres de servicio, será el responsable civil subsidiario del Ayuntamiento de Getafe el encargado de hacer frente a los 117.000 euros de indemnizaciones.
Los hechos se remontan al 21 de noviembre de 2011 cuando un policía municipal fuera de servicio advirtió que se estaba produciendo un supuesto secuestro en La Alhóndiga. Dio aviso y en Getafe se inició la persecución del Citroën C-3 blanco en el que iban tanto David Fandiño como Roberto García Castillo. Durante 14 kilómetros se persiguió a los dos hombres en una carrera que finalizó en el distrito de Arganzuela, donde los policías abrieron fuego contra los presuntos secuestradores, causándole a uno la muerte al día siguiente y al otro heridas graves. En el lugar del tiroteo se recogieron hasta 13 casquillos de bala. La mayoría de disparos se produjeron desde la parte trasera.
La hipótesis del secuestro se descartó en los primeros momentos ya que en ningún momento se encontraron indicios de nadie secuestrado. Los ladrones del vehículo no se encontraban armados. Los agentes argumentaron que el vehículo intentó atropellarlos.
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