Queridas PAH’s
Queridas y queridos compahs de todo el estado
Disculpad si abuso del canal interno de la PAH para enviar una carta personal, pero dado que lo que os quiero comunicar tiene repercusiones en el movimiento, creo oportuno hacerlo. Esta es una carta interna, por lo que ruego que no se divulgue fuera de las asambleas de las PAH.
Este 22 de febrero de 2014 hemos celebrado el 5º aniversario de la PAH. Quién nos lo iba a decir, cuando un pequeño grupo empezamos en Barcelona en febrero de 2009, que 5 años después, la PAH se convertiría en un movimiento ciudadano de referencia, con más de 200 núcleos en todo el estado. Han sido 5 años intensos y maravillosos, y personal y políticamente estoy orgullosa y agradecida, por la experiencia de transformación social e incidencia política más potente en la que haya participado jamás.
Junto con mi compañero Adrià, nuestra implicación en la PAH ha sido de entrega total, y lo mejor de todo es que jamás lo hemos vivido como un sacrificio, sino todo lo contrario. A excepción del paréntesis obligado por el nacimiento de Luca, han sido 5 años en los que 24h al día, los 7 días de la semana, hemos estado volcados en la PAH. Es algo que no se elige, sencillamente sucede, sencillamente no había nada más importante ni más hermoso que pudiéramos hacer.
En todo este tiempo, se han producido distintos puntos de inflexión para el movimiento. Los inicios en Barcelona fueron duros hasta que la cosa arrancó… luego crecimos y nos consolidamos en Catalunya, y no fue hasta la campaña stop desahucios (finales 2010) y el 15M (mayo 2011) que el movimiento se expandió por todo el estado. En 2012-13 vivimos otro punto de inflexión con la ILP, que no sólo hizo crecer el movimiento, sino que consolidó una mínima articulación y coordinación estatal.
El último año ha sido para todos, pero para mí muy especialmente, muy pero que MUY intenso: la ILP, la comparecencia en el Congreso, los escraches… de repente marcamos la agenda política e irrumpimos en el prime time. La PAH se convirtió en la única oposición real al gobierno del PP, y “Ada Colau” se convirtió en un personaje mediático en programas de gran formato. Jamás imaginé, cuando acudí aquel 5 de febrero a la comisión de economía del Congreso, que tendría que escuchar a aquel bárbaro de la AEB decir lo que dijo, ni que yo reaccionaría de forma sensata llamándole por su nombre – criminal -, y aún menos imaginé que todo aquello acabaría en trending topic y en los medios.
Sin embargo sucedió, y gestionar eso no ha sido fácil: sin duda lo hemos aprovechado para el movimiento como hemos podido, asumiendo contradicciones por el exceso de personalismo, intentando siempre resaltar la dimensión colectiva. Creo que todas y todos debemos felicitarnos por cómo lo hemos llevado. Ni lo buscamos, ni estábamos preparadas, y a pesar de ello creo que en líneas generales supimos estar a la altura y pensar siempre en el bien común. No todas las compahs vieron bien que aceptáramos acudir a programas como El gran debate de Tele5 u otros similares. Seguro que alguna vez nos equivocamos, pero honestamente creo que acudir a esos programas ha dado un resultado más positivo que negativo. Nos ha permitido llegar a millones de personas a las que nos habría resultado imposible acceder de otra manera. Es un canal que hay que utilizar con prudencia, por supuesto, siempre de forma crítica y tomando precauciones, pero vivimos en una sociedad mediática y hay que usar también esos canales. A título informativo, creo interesante compartir que, recientemente, distintas fuentes nos han confirmado que acabaron con El gran debate por presión directa del Gobierno, ya que nuestra presencia, junto con otras voces críticas, estaban dando un gran éxito de audiencia y eso convertía al programa en peligroso.
A nivel personal, reconozco que –aunque le he quitado importancia porque no había que mostrar debilidad ante nuestros enemigos – hubo momentos duros. Momentos difíciles cuando, por ejemplo, el Gobierno me identificó como la “lideresa filo terrorista” y acto seguido empecé a recibir amenazas de todo tipo. Denunciar en la comisaría, que los mossos vengan a tu casa a decirte qué precauciones debes tomar, que la prensa de la caverna empiece a publicar tu vida distorsionada, difamando a toda tu familia… En fin, no se trata de hacerse la víctima (que es lo que ellos querrían), pero la verdad es que algunas semanas fueron complicadas, y más de una noche –tampoco hay que esconder la propia vulnerabilidad – con Adrià nos pegamos unos cuantos lloros.
Pero también está la otra parte, la más importante. Convertirme en cara visible del movimiento ha sido también un enorme privilegio, ya que he recibido todas las muestras de apoyo y de cariño que la PAH ha despertado hasta en el último rincón del país. Cada día, por la calle, en cada charla, en el metro e incluso en los aviones, cientos de personas me han abrazado emocionadas y me han dicho: “gracias!” “Seguid así!” “Estamos con vosotros!” “Lo que hacéis es muy importante”, “estáis salvando vidas”, etc. No puedo describir, ni remotamente, el nivel de amor que llevo acumulado en el cuerpo tras el último año. Sólo así se puede entender que, junto al apoyo cotidiano de las compañeras y compañeros de las PAH, haya aguantado la parte infame, los insultos, los programas de “tele basura”, las amenazas.
Eso ha sido a nivel de portavocía externa. A nivel de movimiento no todo han sido alegrías y hemos tenido otras dificultades. Ponernos “de moda” nos ha hecho muy atractivas para determinados partidos, que a veces han causado distorsiones en el movimiento, con burdos intentos de cooptación o simplemente trasladando sus propias impotencias (como las luchas internas entre distintas corrientes) a asambleas que luchan cada día por encontrar nuevas
formas de hacer política que respondan a las necesidades de la gente. Ojo, no se trata de criminalizar a quienes militan en partidos: por suerte tenemos a grandes compañeras que han sabido hacer compatible una cosa con la otra, respetando siempre la independencia de la PAH. Y también hay que decir que, mucho más que los partidos, el peor monstruo al que nos hemos enfrentado es el individualismo y el consumismo hegemónicos que nos atraviesan, que a veces han generado desconfianzas entre compañeros, desviaciones asistencialistas o luchas personalistas en no pocas asambleas… Y sin embargo, casi siempre se ha impuesto la principal de las virtudes: la generosidad, la solidaridad, la cooperación por encima de la competitividad, el bien del movimiento por encima de ningún ego, el sentido común y la lucha colectiva.
A medida que voy escribiendo veo que esto suena a despedida y no lo es: En ningún caso pienso dejar la PAH, que quede claro. Seré activista de la PAH hasta que me muera y más allá 😉 Sencillamente necesito salir de los espacios de coordinación, y dejar de ser la portavoz estatal. Por supuesto pienso seguir como una más en la PAH de Barcelona, y siempre que el movimiento me necesite para algo puntual – como talleres de formación para transmitir la experiencia acumulada, por ejemplo-, por poco que pueda estaré ahí. Pero necesito sentir que puedo hacer otras cosas y opinar sin ser las 24h “la cara de la Pah”. En muchas ocasiones me he tenido que morder la lengua y no dar mis opiniones sobre distintos temas, para que éstas no fueran atribuidas a la PAH. Y por supuesto, en clave de práctica democrática del movimiento, lo lógico es que se produzca rotación en los roles, incluido el de portavocía.
Para evitar especulaciones quiero aclarar lo que ya he dicho muchas veces: no voy a “fichar” por ningún partido político. Es verdad que en distintas ocasiones, distintos partidos me lo han propuesto. Y también es cierto que en algún momento me lo he planteado, puesto que la situación es muy dura y de alguna manera habrá que echar a los corruptos y cleptócratas del poder. Evidentemente lo descarté en su momento porque era totalmente incompatible con ser portavoz de la PAH. Pero también porque creo que el actual sistema de partidos forma parte del problema, y por ello descarto el “fichaje individual”. Como ciudadana, estaré encantada de apoyar y participar de procesos amplios que planteen un cambio real en las formas de hacer política. Ojalá seamos capaces de crear nuevos dispositivos que nos permitan reapropiarnos de las instituciones para hacer que de verdad sirvan al bien común, porque nos va la vida y la de nuestras hijas e hijos en ello. Estamos viviendo un cambio de época, un momento histórico de crisis de régimen; quienes ocupan el poder lo saben y nos han declarado definitivamente la guerra. Pretenden acabar con los pocos derechos conquistados y si no hay una fuerte movilización continuada, y una mejor organización social a todos los niveles, podemos salir de esta estafa llamada crisis muchísimo peor a como ya estamos ahora. Por lo tanto las PAH son más necesarias que nunca, para hacer efectivos derechos fundamentales como el de la vivienda, para dotarnos de mecanismos de auto organización y auto tutela de nuestros derechos frente a las políticas austericidas. Al mismo tiempo, habrá que impulsar otros espacios de confluencia donde unir fuerzas para cambiar las reglas del juego, pero cuando esas confluencias tengan una expresión electoral, habrá que recordar que la PAH como movimiento no puede vincularse a ninguna candidatura. Me consta que estos debates se
producen de un modo u otro en todas nuestras asambleas y creo que es positivo, siempre que se respete el carácter apartidista de la PAH como forma eficaz de cuidar un espacio común en el que muchas personas, sensibilidades e ideologías distintas hemos sumado fuerzas por un objetivo común.
No voy a dejar la PAH, pero quiero hacer las cosas bien. Siento que ha llegado el momento de tomar algo de distancia, tanto por mí, como por el propio movimiento. Y creo que ahora es un buen momento para dar el paso porque estamos a punto de tener visibilidad, con la campaña de escraches que se prepara –al menos en Catalunya- para las europeas. Si la campaña funciona, es una muy buena ocasión para que se visibilicen otras portavoces. Insisto para ofrecerme y ayudar en este proceso a preparar a las personas que puedan asumir ese papel. De hecho ya tenemos múltiples portavoces sobradamente preparadas, sólo se trata de que se hagan más visibles en las tareas de “portavocía general”.
Sin más, os mando un fuerte abrazo, segura de veros pronto en las calles, en las asambleas y en las redes. Porque tenemos mucho por luchar pero también a celebrar, porque tenemos más motivos que nunca para gritar que, juntas, sí se puede! Porque en todos los viajes y charlas que he hecho, he comprobado que en las PAH está lo mejor de esta sociedad, la buena gente que no se rinde y está dispuesta a darlo todo. Gracias comPahs, por ser y por estar ahí.
Ada
P.D. Esta carta la he escrito para las PAH, pero imagino que en algún momento la noticia se filtrará. Creo que a nivel público no se necesitan más explicaciones que las normales de cualquier organización social: que las portavoces vayan cambiando es una práctica de democracia interna, habitual en cualquier organización social, así que “ada colau” deje de ser portavoz no debería ser especialmente noticia. Seguimos!
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