Toda la vida el ser humano ha corrido sin cesar tras un mito inalcanzable, aquella fuente de la eterna juventud que nos libraría de envejecer y enfermar. Y hoy en día continuamos aquella búsqueda, buscamos el alimento más sano, la fruta con más vitaminas, infusiones con más propiedades curativas… más cremas, más ejercicio, mejor alimentación, terapias naturales, yoga y masajes.
A menudo encontramos la solución en remedios que ya se utilizaban desde hace siglos, como en el caso de los estudios acerca de una planta que está revolucionando el mundo de la medicina, de la farmacología y la cosmética: el aceite de almendras. La almendra es el fruto más antiguo cultivado en el Viejo Mundo, con una historia y un éxito natural que continúa hasta el día de hoy.
Un cuento de hadas marroquí dice que existía una bella princesa llamada Hatim. La princesa, al tener buen corazón, tomó el dinero de las arcas de su padre y lo repartió a los más pobres de su pueblo. El padre al ver lo que su hija había hecho, ordenó su ejecución. Pero Dios, al ver la buena acción de Hatim, transformó el cuerpo de la bella princesa en un almendro que ofrecía sus frutos año tras año a los habitantes del pueblo. El almendro produce una resina que puede ser recogida en forma de lágrimas.
En la antigua Grecia, estas lágrimas de resina eran quemadas como incienso para alejar las enfermedades y los malos espíritus. La fina fragancia desinfecta, purifica y clarifica. El aceite de almendras extraído de las semillas es un aceite idóneo para el cuidado de la piel, ya que posee propiedades hidratantes excelentes. Es un ingrediente ideal para atenuar las manchas en la piel causadas por el sol y aliviar los síntomas que provoca el herpes. Adicionalmente, contiene vitamina A, vitamina E, vitamina B, ácidos grasos, proteínas, sales y minerales.
También es perfecto para el cabello y, por su efecto hidratante, le aporta suavidad y una apariencia voluminosa, sedosa y brillante. Puede también emplearse como un humectante facial, y ayuda a mejorar la apariencia de las estrías y celulitis.
Aquí os dejo mi receta favoritas con aceite de almendras (con efecto flash-tipo estrella de la alfombra roja).
Mascarilla facial: 1 cucharada de aceite de almedras; 1 cucharada de miel (líquida); 1 cuhcarada de yogur natural; 1 yema de huevo.
Mezcla los ingredientes hasta que se integren y espárcelos sobre tu piel. Realiza un masaje sobre el rostro con movimientos circulares. Deja que la mascarilla penetre tu piel durante 20 minutos, aproximadamente, y luego enjuágala con agua fría.
Consejos y advertencias: Almacena el producto en un ambiente oscuro y fresco;el aceite de almendras tiene una vida útil de aproximadamente un año; evita usar esta mascarilla si eres alérgica a las almendras.
En M Fragancia disponemos de aceite de almendras y cremas faciales con extracto de aceite de almendras.
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En el próximo artículo os contaré sobre los beneficios de comer almendras crudas mezcladas con miel.
No se os olvide la famosa frase del dramaturgo noruego H.Ibsen: “La belleza es el acuerdo entre el contenido y la forma». En éste mismo acuerdo se esconde la mágia de ser únicas e irrepetibles