¿Qué estáis haciendo con la música? ¿En qué hemos transformado todo? ¿En qué se ha convertido la sociedad? ¿Hacia dónde avanzamos? ¿En qué se ha convertido la música que nació de nuestro espíritu solo como un deleite? Transformamos un bosque en un complejo hotelero y a la música en monedas, esta claro que es un oficio más, pero ¿quién se beneficia de él? El pez gordo se come al pequeño y partituras mágicas se pierden en el olvido, nunca siendo escuchadas, camufladas entre un montón de facturas.
Hacemos mutar el sonido a traves de los cables y lo digitalizamos todo hasta el punto de olvidar que los grandes estan ahí ocultos, en un mundo que apenas nadie escucha. El dinero de las grandes discográficas inunda nuestros oídos de música pasada por un filtro de materialismo y está bien, pero no se hace justicia con la música: todo se mueve por un puñado de billetes y eso significa degradar la música y a quien la compone, significa perder la esencia. Aunque el sonido sea cual sea su forma sigue estando ahí para llenar nuestra mente de ilusiones y sea quien sea el que la manipule, cierto es que todo se convierte al final en números, en un cheque, es por ello que hay dos verdades paralelas: una la de los grandes virtuosos y otra la de las marionetas.
Los grandes genios no componen por dinero, componen por orgullo, por satisfacción, por el reconocimiento y el abrazo de su público; esa es la esencia que no se debe perder. Vivaldi sigue vivo: si quieres escuchar su espíritu solo tienes que oír sus obras, pero si nadie las interpreta si nadie las usa como una puerta a otro mundo, entonces Vivaldi muere en el olvido. Quizás le preguntes a algún niño quién es Vivaldi, Mozart, y este no sepa responder, ¿es un error perderle? Es probable, porque aunque no sea realmente necesario que se conozca a Vivaldi, tampoco lo debería de ser con mas razón Justin Bieber.
Dejando las comparaciones a un lado, la cultura musical depende de nuestra sociedad y de lo que ésta pretende inculcarnos. En otros países dichas sociedades se encargan de formar a los niños con la música, eso tan especial que nos mueve por dentro, el sonido, la vibración que produce ondas que atraviesan nuestro cuerpo para emocionarlo, sueñas mientras suena tu canción y despiertas cuando esta acaba. Retirar de los colegios la música es privar a los niños de algo verdaderamente importante, quizás en su lugar pongan otra asignatura. ‘Inversión en bolsa0’, por ejemplo. Donde están la moral y la ética existe armonia y música, eso que mueve a millones de personas en todo el mundo.
De nosotros depende mantener vivos los conciertos, hacer que perdure la educación musical, transmitir los legados de los grandes y resistir el golpe del poder que lo compra todo para convertirlo en un producto, hay cosas que sobrepasan nuestros conocimientos. Dios existe y quizás no le ves; la música es algo parecido, con una magia subrealista que traspasa el conocimiento de las personas y las transporta: do, re, mi, fa, sol, la, si, sus bemoles o sostenidos, solo son un pedazito del mapa, la musicalidad no se aprende directamente, está en nuestra mente como un sentido más. Que no nos digan lo que debemos escuchar hay todo un abanico de artistas a los que descubrir y dar oportunidades, que no retiren de los colegios los pianos y con ellos los sueños de pequeños compositores, que no se quieran vender tantos discos pues cuando estos no existían , todos los músicos se podian ganar la vida, no transformemos la música en negocio, tratémosla con altruismo, dejémosla brillar en todo su explendor, bondadosamente ella nos lo agradecerá.