Carlos Delgado, corredor de maratón, se prepara para la prueba de Roma
Praga, Oporto, Lisboa, Londres, Malta… corriendo de un lado para otro para poder cumplir sus objetivos: participar en las pruebas de maratón más importantes de Europa y del mundo. «En 1986 empecé con el primer maratón», cuenta el atleta Carlos Delgado, el cual suma ya 20 pruebas a sus espaldas y que es conocido en Getafe como Maratonman. «Empiezas con el gusanillo y por estar en forma, y luego te va enganchando». Con especialidad en pruebas de 42 kilómetros en asfalto, este corredor participa tanto en carreras de 10 kilómetros como en media maratón y maratón. «He tenido experiencias también en el desierto, en donde he salido un poco de mi hábitat», cuenta, «fue una experiencia bonita y estuvo muy bien pero solo fue eso, porque es bastante duro».
Un entrenamiento de 17 semanas por maratón, con 4 días por cada siete dedicado a su preparación. Algo que a muchos les parecería insólito pero que en su familia es tan normal como el comer. «Mi mujer es corredora», cuenta, «tiene más triunfos que yo». Sin embargo, no solo su mujer tiene como hobbie estas carreras, sino que también sus hijas dedican parte de su tiempo a este deporte. «Tengo dos hijas que también corren. Yo fui el que empezó y ya luego les he ido contagiando a todos. Pero yo soy el que se lo toma más en serio». Un entrenamiento que sin duda es duro pero que les da motivos de sobra para compaginarlo con su día a día. «Soy recepcionista de noche y mis hijas están estudiando», cuenta Delgado, «no podemos salir juntos a entrenar, cada uno va a su ritmo, aunque a veces les acompaño». «Todo es organización», añade, «también es compaginar el nivel de competición con el turismo. Cuando viajo a una prueba mucha gente me dice ‘¿Y te vas a correr allí?’ y dices, ‘Hombre, me voy a correr allí y a ver la ciudad», bromea. Es sin duda una actividad que requiere esfuerzo y sacrificio, pero de la cual Delgado nunca ha negado su pasión. «Normalmente cuando terminas una prueba dices ‘¡Ya no vuelvo a correr!’ pero luego se te pasa a las dos horas y te pones a pensar en la siguiente».
Una afición y un deporte que ha ayudado a Delgado y a su familia a recorrer ciudades tan míticas como Londres, en donde la prueba de maratón cobra un significado especial. «Ese maratón es diferente a todos», cuenta, «es la más importante y cuando competí había pasado lo de los atentados de Boston la semana anterior, corrimos con un lazo negro en homenaje a las víctimas». Delgado recuerda el emotivo minuto de silencio en la salida de la carrera, en una prueba la cual el propio Delgado asegura se vivió con preocupación pero con muchas ganas de homenajear a las víctimas. Son carreras a las cuales cualquier detalle hace que se intensifique la pasión hacia ellas. «Mis marcas me permitieron salir entre los 1.000 primeros y claro, eso supone salir al lado del campeón del mundo o del campón olímpico». A esta emocionante prueba, la cual el corredor asegura que fue la más emotiva en la que ha participado, se le unen dos que Delgado guarda en la memoria de forma especial: «en Benidorm, donde vive mi madre, en las dos últimas pruebas he corrido allí y he subido al podio. Ha sido muy gratificante», cuenta.
Después de recorrer grandes ciudades europeas, Delgado tiene en el orizonte su próxima meta: Roma. El próximo 23 de marzo, la prueba de maratón de la ciudad italiana supondrá un nuevo reto conseguido en la lista del corredor. Sus intenciones de futuro son claras: «mientras tenga salud, llegar a las 25 carreras no estaría mal», cuenta. Como sueño de atleta, Carlos Delgado también lo tiene claro: «Poder correr en la Meca o Nueva York. Es cuestión de rellenar el cerdito».
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