Tras su fundación, hace 36 años, hoy votará por primera vez para elegir a su presidente
La Confederación Empresarial de Madrid elegirá si el actual presidente Arturo Fernández sigue siendo presidente, o si por el contrario es Hilario Alfaro el que asume la presidencia. Con estas elecciones se juega dinero, poder, influencia y además el rumbo del empresario madrileño para los próximos cuatro años.
La Asamblea se celebrará en el Centro de Convenciones del auditorio norte de Ifema, en ella los 1.231 representantes de los miembros que la constituyen elegirán nominalmete, de entre 278 candidatos, a las 200 personas que pasarán a conformar la nueva Junta Directiva de la patronal madrileña. Más tarde, la Junta se reunirá a puerta cerrada para elegir al presidente, vicepresidente, contador, tesorero y vocales del Comité Ejecutivo de la Confederación.
El actual Presidente de la patronal, Arturo Fernández, busca un nuevo mandato de cuatro años, y lo hace mediante 14 propuestas recogidas en el título Las cosas claras, un programa «riguroso, pegado a los intereses auténticos de los empresarios y pensado para las pymes y las organizaciones sectoriales y territoriales», explica Fernández. Entre sus promesas están el aumento de la colaboración con la Cámara de Comercio con un Plan Estratégico para la empresa madrileña, reformar los estatutos de CEIM, crear la nueva escuela de líderes empresariales o la creación de un comité banca-empresa para buscar vías de financiación.
Por su parte, Hilario Alfaro, actúa bajo el lema De otra manera, pues pretende «llenar de aire fresco la organización, recuperar los principios fundadores de CEIM: independencia, transparencia y eficacia». Él mismo define su candidatura como abierta e integradora del tejido empresarial madrileño y presenta un proyecto basado en cinco pilares: independencia, transparencia, liderazgo, eficiencia y utilidad. Algunos de los compromisos incluídos en su programa destaca la renuncia del presidente a cualquier otro cargoen empresas u organismos públicos o privados, la renuncia a mantener cualquier tipo de relación comercial o mercantil con entidades en la que CEIM participe de manera directa o indirecta, limita el cargo del presidente de la patronal a un máximo de ocho años y apuesta por implantar un modelo económico sostenible y transparente, sustentado en las cuotas empresariales y minimizando la dependencia de las administraciones y otros organismos públicos.