Los datos son apabullantes: el 74% de los jóvenes de entre 14 y 18 años ha bebido alcohol el último mes y un tercio de ellos se ha emborrachado en este periodo. Es uno de los datos más escalofriantes que se extraen de la Encuesta Estatal sobre el uso de Drogas en Estudiantes de Secundaria que se ha realizado con 27.500 entrevistas a jóvenes de entre 14 y 18 años. Esta cifra ha aumentado un 11% en los dos últimos años.
El botellón se convierte de esta manera en el espacio de encuentro de jóvenes que apuestan por la bebida como forma de ocio los fines de semana. La tendencia positiva que se había registrado en años pasados se ha dado la vuelta con estos últimos datos, que colocan la situación en datos de 1994, cuando se comenzaron a realizar estos estudios. De un plumazo se han borrado veinte años de avance en la lucha contra el consumo excsivo de alcohol.
Los botellones se convierten en reuniones sociales en las que los menores beben, se emborrachan y experimentan con el conocido como binge drinking: tomar cinco copas en dos horas. El botellón es también el espacio en el que crece el policonsumo de otras sustancias, como tabaco o cannabis.