«Hay que dejar que otras generaciones asuman su responsabilidad»

pedrocastroPedro Castro vive una semana «intensa», con «sentimientos agridulces». Ha dado un paso atrás y ha presentado su renuncia al acta de concejal. Junto a él, José Manuel Vázquez, portavoz del grupo, comparte esos momentos en los que se enfrentan a una nueva etapa en su vida personal y sobre todo política. Hablan de regeneración, de dejar que otra generación responda a las necesidades de la ciudadanía. Sienten que han hecho lo correcto al renunciar a seguir en las instituciones, un paso que han hecho sin presiones, por voluntad propia.

El 12 de febrero coincide tu cumpleaños, Pedro, y también tu despedida como concejal. No sé si también de la política activa. Después de 28 años de alcalde, y más de 35 años en política, ¿cuáles son tus sentimientos?

Pedro Castro: Los sentimientos son agridulces. Por un lado tengo una sensación de una cierta liberación. Por otra tengo el compromiso con los ciudadanos para dejar en buen nivel al pueblo de Getafe, a sus ciudadanos y también al partido. Se mezclan sentimientos. Pero en definitiva es una bocanada de aire fresco para la situación política que estamos viviendo. Los ciudadanos quieren respuestas. Y esta es una de ellas. Los ciudadanos no quieren más de lo mismo. Espero que mi salida sea también un compromiso para el resto del partido, porque no vale más de lo mismo: hay que regenerar el partido y hay que aprovechar esta ocasión para que entre gente joven que no tenga cargas a las espaldas.

josemanuelvazquez_feb2014José Manuel, tú también llevas mucho tiempo en política y 15 años como concejal, los últimos en la portavocía, ¿qué te pasa ahora por la cabeza cuando has entregado el acta de concejal?

José Manuel Vázquez: Un sentimiento de coherencia y de responsabilidad, por encima de cualquier otro. Eso está por encima de cualquier otra sensación. Es lo que me ha guiado, es lo que había que hacer y en consecuencia lo que he hecho. Esa sensación es del deber cumplido, de haber sido honesto, no haberme puesto de perfil nunca y de haber asumido muchas de las consecuencias que debe tener el político por el riesgo sobre todo en tiempos de crisis que tiene que tomar en beneficio de los ciudadanos. Hoy hay en los juzgados un caso y hay que asumir lo que salga, pero con la conciencia bien tranquila.

¿Cómo os sentís en conciencia respecto a este caso?

PC: Con absoluta nitidez y claridad: me siento totalmente tranquilo, tengo mi conciencia muy tranquila, tanto por la seguridad de que no se hizo nada, como por la seguridad de que no va a pasar nada. Son mis dos convicciones.

JMV: La conciencia bien tranquila. Se hizo lo que hubo que hacer y en mi caso hay que tener en cuenta que nos presentamos en una crisis impresionante, con cuatro aparcamientos que se pararon las obras porque no se vendían, después de haber habido una lista de espera de casi el doble de los 1.200 aparcamientos que después se hicieron. Eso ocasionó una pérdida de capacidad para seguir la construcción, se abandonaron y se quedaban 600 familias que habían pagado entre 15 y 18.000 euros, con unos agujeros en el casco urbano de tres plantas llenos de agua en el fondo, y había que hacer algo: me puse al frente con el apoyo del Gobierno. Había que echar una mano a estas familias. Todos los cambios que se hicieron para que una empresa entrase y los acabase fueron con informes favorables, con procedimientos que se contemplaban en los mismos pliegos y que iban a favor de familias que habían puesto su dinero y que tenían que tener su aparcamiento fuese como fuese.

¿Os arrepentís de no haber tomado la decisión de dimitir antes? ¿Era este el momento?

JMV: Para mí los momentos no son algo que uno pueda calcular. La política es un sitio de paso, no un puesto de trabajo. No me arrepiento en absoluto. Son momentos intensos, no duros. Esto hay que normalizarlo, desdramatizarlo. En Getafe hemos vivido 30 años con un gobierno muy estable y parecía que eso no iba acabar nunca, y precisamente en la democracia está la alternancia, en que el ciudadano diga sí o no en determinado momento porque haya visto un fallo. En política mandan los ciudadanos y en este caso considero que lo que los ciudadanos pedían era renovarnos.

En política mandan los ciudadanos y en este caso considero que lo que los ciudadanos pedían era renovarnos.

PC: Me está impactando mucho, valga la redundancia, el impacto que está teniendo en este país la dimisión de un cargo. Este país no está acostumbrado a que se dimita. ¿En qué política estamos si el que cuatro concejales dimitan porque creen que así hacen un favor a los ciudadanos y hacen un favor a su partido, provoque este impacto? Esa es la noticia. Porque nunca cuando se toma una decisión así, se sabe si es un buen momento. Pero no tenemos nada de qué arrepentirnos.

Habrá quien piense que dimitís porque sois culpables, en este país en el que las dimisiones no se estilan, parece que cuando se da ese paso es porque hay algo que esconder.

PC: Eso es lo que me da miedo. En otros países por haber copiado un examen dimite un primer ministro, o por tener contratada a una persona inmigrante ilegal. Y aquí no se dimite con el tema de la Gürtel en Madrid; con el tema de la Gürtel en Mallorca; con el tema de la Gürtel en Valencia… Aquí no dimite nadie. Y la noticia hoy es que hay cuatro concejales que dimiten. Por su cuenta, sin que los empuje nadie, ni su partido, ni los jueces… Que políticamente entienden que se tienen que ir y hagan el acto político de irse. Lo que ya nos espera es la regeneración

¿Esta es una decisión personal, no os ha empujado nadie, nadie os ha puesto entre la espada y la pared?

PC: Lo he comentado con mi familia, lo he comentado con algunos amigos. Y es fruto de la decisión de esos amigos, de los mejores que tengo. Y es fruto también de mi propia familia, que ha dicho: «Pedro, adelante».

JMV: Ese es el verdadero espíritu de esta dimisión, que es una dimisión voluntaria, decidida personalmente y en favor de la política. Nadie nos ha presionado. Lo hemos decidido porque consideramos que este es el momento. No hemos esperado al reglamento del partido donde dice que tenemos que ser encausados para dimitir, ni hemos esperado el informe del fiscal donde puede decir que tenemos que ser procesados, ni hemos esperado a que la jueza diga que tenemos que ir a juicio. Políticamente hemos decidido que este es el momento, sin esperar a nadie, sin presión. Precisamente dando ese espacio para permitir regenerar la política, regenerar el proyecto del partido socialista y conseguir que los ciudadanos tengan un proyecto que esté próximo a sus problemas.

¿Os habéis sentido apoyados en todo este caso por vuestra organización política, tanto a nivel local como regional? ¿Y por los ciudadanos?

PC: No tiene que ver nada la de los ciudadanos con la de la organización política. A día de hoy no ha habido un solo miembro del regional que me haya llamado para preguntar cómo estoy. Ni uno solo. Ni el conserje. Y a nivel local tampoco me han llamado para explicar la situación de lo que está pasando, ni en un comité ni en ningún sitio. La decisión que he tomado ha sido políticamente porque he pensado que era lo mejor para mi partido y para mi ciudad.

JMV: Como portavoz tengo que reconocer que he sentido todo el apoyo de la organización. Lo digo con toda sinceridad. Ni un pero respecto a las decisiones que se han tomado y ninguna duda sobre la inocencia en este caso. Y respecto a los ciudadanos, me encuentro muchos en la calle. Como concejal tuve que ponerme al frente de las asambleas de cooperativistas porque las juntas dimitieron; afectados que hoy tienen todos sus plazas, que conste. El debate siempre ha estado en la calle: no fue fácil. Las soluciones fueron costosas y hoy funcionan los cuatro aparcamientos. Y en esas decisiones que se tomaron, posiblemente haya dudas pero se tomaron con informes todos favorables, jurídicos, económicos y técnicos por tanto el juez tiene que investigar pero con la seguridad de que va a salir bien.

PC: Tengo el respaldo de los ciudadanos, los que me conocen saben que uso dos horas y media todos los días para hablar con los vecinos de Getafe, paseo y la verdad es que está siendo una situación de manifestación popular: confiamos en ti, apostamos por ti, sé valiente, es decir, un apoyo constante. Solo lo puedo dar las gracias a los ciudadanos.

¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta ahora el PSOE?

PC: El compromiso lo tengo claro: es la regeneración. Tenemos que dar lo que los ciudadanos están esperando. Para bien o para mal el PSOE es el único partido que puede ganarle a la derecha en Getafe. No podemos, por egoísmos personales, cercenar esas ilusiones, sueños y esperanzas que tienen los ciudadanos españoles puestas en el PSOE para poder ganar a la derecha. Van a estar utilizando esos Plenos, van a estar sacando las actas en las que la actual secretaria general ha sido presidenta de esas juntas de Gobierno en las que se han adjudicado los aparcamientos. Ahora no, pues no les interesa, pero cuando lleguen las elecciones van a decir: “Oiga, usted estuvo presidiendo las juntas de Gobierno donde se adjudicaron los aparcamientos”. El cambio de una época es el cambio de un ciclo; si no lo hacemos así los ciudadanos nos los van a hacer pagar.

JMV: El reto es precisamente la confianza en la política. Creo que la izquierda gana si los ciudadanos creen en la política. Cuanto más se desprecie la política, más posibilidades tiene el PP: porque no se basa en la política, se basa en los números, se basa en la rentabilidad, en la gestión de un país como una empresa y eso no es política. La política es creer, es tener un pensamiento colectivo en el que hay que sacar adelante la convivencia de una ciudad o un proyecto. Eso es lo que tenemos que hacer: política de confianza al ciudadano, política cercana al ciudadano, política que solucione los problemas cotidianos de los ciudadanos. El reto es ganar confianza, porque cuando tengamos confianza volveremos a gobernar.

Y a partir de ahora, ¿vais a dejar la política activa, vais a seguir implicados en el PSOE? ¿Cuáles son vuestras perspectivas a corto plazo?

PC: Cuando cierre los ojos para irme de este mundo, seguiré haciendo política. Es decir, que voy a seguir haciendo política. Pero uno no tiene por qué hacer la vida política en las instituciones o en el partido. No. Las personas que llevamos la política dentro, tengo muchos amigos que llevan la política dentro y la hacen, la hacen con relación a los ciudadanos, tratando de poder ayudar a aquellos colectivos sociales más débiles. Los ciudadanos están esperando un PSOE fuerte, unido, sólido, con nueva gente, con nuevas apuestas, con nuevas ilusiones y nuevos compromisos… Y que además todos tenemos que hacer posible que esos jóvenes que llegan puedan tener su espacio, puedan tener su oportunidad. Porque es su hora. Hay momentos en los que uno tiene que saber dar un paso atrás y hacer que otras generaciones asuman su responsabilidad.

JMV: Lo mío es sencillo: ahora me incorporaré a mi puesto de trabajo, que es de dónde salí allá por el año 96 y llevaré una vida quizás más tranquila, no tan tensa. Y por supuesto voy a seguir en el Partido Socialista, soy militante desde hace más de treinta años y seguiré haciendo política, como un militante de base; y convencido de que realmente nuestro proyecto, nuestros valores y nuestras ideas son las que más se ajustan a todos los sectores, no a una minoría que siempre parece que es la que dirige.

¿Dejarás entonces la ejecutiva?

JMV: Eso es algo que no he decidido. Son momentos convulsos que según vaya transcurriendo el tiempo ya veré qué es lo que voy decidiendo en cada momento de mi vida. Creo que no es necesario, no me considero ni una persona que tenga que conducir por dónde tienen que ir los demás: los protagonistas son otros y en lo que yo pueda ayudar allí estaré; y en lo que no sea necesario pues por supuesto que habrá alguien que estará mejor adaptado a los nuevos tiempos y a estos nuevos problemas que se plantean.

¿Qué recomendación les daríais a los nuevos concejales que van a entrar, aunque todavía queda por ajustar quiénes van a ser?

PC: Solo un consejo: intentar que mi presencia se note para los ciudadanos, pero que mi ausencia se sienta. Es lo mejor que puede dejar uno como legado hacia la gente que viene.

JMV: Soy enemigo de dar consejos, pero dos reflexiones: la primera es que hay que estar cerca de los ciudadanos, porque es verdaderamente donde se disfruta, se consigue el termómetro de sus problemas. Y lo segundo: nunca tener miedo de tomar decisiones en beneficio de esos problemas, no tener nunca miedo. Porque el miedo achica a las posibilidades de la política, aunque es verdad que quien quiere hacer política tiene riesgo. Si no, sería un político mediocre.

¿Con qué momento político os quedaríais de los últimos 35 años?

PC: Habrá otros más importantes, pero cuando me he sentido más respaldado fue cuando rompimos la valla del cuartel y había 25.000 personas sentadas dentro. Y varios días después recuperamos el cuartel, cuando ya dijimos este es el cambio en España, donde antes había tanques, ahora hay libros. Me parece que es el gesto más hermoso que he sentido a mi alrededor. Luego habrá cosas más importantes como son la universidad o el Hospital del que me siento muy orgulloso porque me decía un vecino que es el sitio por el que pasamos todos. Pero aquel gesto ha marcado mi vida.

JMV: Yo quizá no tenga un momento crucial en todo lo que he vivido en estos quince años. Pero hay alguna anécdotas, como aquel efecto 2000 que se adivinaba que iba a destrozar ordenadores y que en nuestro caso fue un problema en la nómina de los trabajadores del ayuntamiento, que nos obligó a cambiar toda el sistema y fue una movida sindical, humana, política, jurídica y económica impresionante. Y en el resto, pues infinidad de cosas. Lo último que recuerdo es Molinos y Buenavista, con todos estos jaleos que hemos tenido con los jóvenes y problemas de dentro para terminar sus casas. Eran verdaderos dramas personales, y fue un éxito cada edificio que abría en Molinos y en Buenavista.

¿Y el peor momento?

PC: Hay una anécdota con mi nieta, en 2011. Me dice: “Abuelo hay más banderas azules que colorás”. Fueron las elecciones municipales de 2011. Esa pequeña anécdota me marcó. Y no me gustó aquella situación, me marcó.

JMV: Yo no recuerdo haber vivido momentos especialmente malos. Pero uno fue la apertura del túnel de tres kilómetros y medio del tren de Cercanías, que fue un proyecto de Pedro Castro y de Gallardón. Fue algo tan ilusionante para vecinos y vecinas que muchos eran mayores, que no habían pasado hacía años la frontera de esta vía de un lugar a otro; y que, precisamente el 27 de noviembre del año 1999, se abrió ese túnel y empezaron las vibraciones. Eso supuso también años de trabajo con los vecinos de San Isidro y de Alhóndiga, para que Renfe instalase aquellos elastómetros.

Raquel González - Directora Getafe Capital

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