A la espera de la reforma fiscal, desde el 1 de enero las empresas y los autónomos pueden acogerse al llamado IVA de caja, la posibilidad de aplazar el pago del IVA a Hacienda hasta que se cobre de forma efectiva la factura, una medida largamente pedida por los pequeños empresarios. Esta medida puede beneficiar a 1,3 millones de autónomos y a 1 millón de pymes.
Hasta ahora el criterio era pagar el IVA de forma vinculada a la facturación, mientras ahora se hace respecto al cobro efectivo. Se podrán acoger a este beneficio las empresas con un volumen de negocio inferior a 2 millones de euros.