Cuando la ciudad acogía, allá por los 80, los primeros rallies
Dos mecánicos. Un Nissan 1430. Pasión por los coches y la velocidad. Esas fueron las motivaciones que llevaron a Luis Caboblanco y Juan Manuel Martín, compañeros de profesión, a participar en el primer rallie que se celebró en Getafe. Corría el año 84, un 12 de octubre, concretamente. Luis, el copiloto, recuerda aquella época como “una de las mejores”, y descubre un pequeño dossier con publicaciones de aquellos años. Recuerdos, que dan fe del paso del tiempo, y aún amarillentos, rememoran hazañas pasadas. Como el programa de aquella primera carrera. I Rallie de la ciudad de Getafe, se lee en la portada del folletín. Vecino de Getafe y trabajador de Getauto, Luis admite que fue él quien propuso la aventura a Juan Manuel. “Yo paraba en el bar Suárez”, donde se gestó la organización del evento al parecer, “le ofrecí ser mi compañero y le dije que ponía también mi coche, y aceptó”, cuenta Caboblanco. Aquel Nissan se decoró para la gran ocasión: pegatinas de colaboradores, marcas e identificativos. “En aquella primera carrera corrimos sin barras antivuelco”, sonríe pícaro Luis, “la única protección que llevábamos eran los cascos”. Al igual que desde hacía años se exponían coches en la plaza del Ayuntamiento, aquel Día del Pilar de 1984, los vehículos se aparcaron en pleno centro para la contemplación. “Había muchísima gente pendiente de la carrera”, indica Caboblanco, “la gente se agolpaba para ver las distintas pruebas, que se desarrollaron por detrás del Cerro, por detrás de los depósitos, en el campo de la Rabia, donde antiguamente estaba el campo de Las Margaritas”, cuenta emocionado Luis, “más tarde, coincidiendo con las fiestas patronales también se realizaría una prueba en lo que hoy es la plaza de las Eras, que antiguamente no tenía ninguna construcción, y ahí también estaba la feria”. Obstáculos, velocidad y control eran las claves para ganar la competición. Antes, mucha preparación, “inspeccionábamos el terreno, lo estudiábamos, y yo hacía anotaciones sobre dónde había que frenar, acelerar o meter tal o cual marcha”, apostilla el copiloto mostrando los sencillos planos que la organización les facilitaba a los participantes. Una modesta inscripción, 2.000 pesetas, y a correr.
El Getauto de José Antonio del Pozo (en la imagen, arriba izquierda) era solo una de las muchas empresas que no solo se animaron a patrocinar este evento, sino que más tarde montarían sus propias escuderías, y viajarían por la región participando en distintos certámenes. SEAT Salcer, ya desaparecida, Ford, o el equipo formado por Clemente Arroyo y Antonio Contreras (de Rótulos Con3ras) eran algunos de los otros competidores locales. “Al principio la competición fue libre, pero más tarde nos obligaron a sacarnos el carnet correspondiente y federarnos”, matiza el mecánico.
El equipo formado por Luis y Juan Manuel no ganaría ni este primer campeonato, ni otros dos que les sucedieron en Getafe, el 25 de mayo del 85 y el 27 de abril del 86. “Tampoco éramos de los malos”, certifica el copiloto enseñando las clasificaciones de aquellos años, donde Getauto obtuvo segundas, terceras y cuartas posiciones en las distintas pruebas. Como buenos participantes, los dos compañeros acudieron a la entrega de trofeos, como prueba la imagen. Una fiesta que se celebró ya de noche en el Pub Lovely, en la calle empedrada. Pedro Castro, entonces alcalde y presidente de honor de la organización, no se perdió la convocatoria. Tampoco Sebastián Carro (derecha, con gafas de pasta negra), del grupo Popular.
“Fueron años corriendo por muchos sitios”, cuenta Luis, no sin incidentes, sin daños físicos, afortunadamente. “En Cubas de la Sagra nos caímos por un barranco; aquí en Getafe dimos tres vueltas de campana en un SIMCA N, preparado; también corrimos en otros pueblos, como Mocejón, era buenísima la carrera nocturna”, relata.
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