Los encargados niegan un incremento en las ventas tras la puesta en marcha de las iniciativas para favorecer el consumo en el barrio
En comercio, los proyectos se solapan y falta información de cara a los clientes
El sector hostelero pide más iniciativas y que estas se alarguen en el tiempo
“Compra en La Alhóndiga. Vive en La Alhóndiga” era la apuesta de cara a las navidades para revitalizar el comercio en uno de los barrios más aquejados por la crisis de Getafe. 200.000 euros en total para ocho proyectos encaminados a “fomentar la actividad comercial y hostelera” en el barrio. Tres asociaciones participantes (AJE, ACOEG y AFEM) y otras dos empresas privadas (Mónsul Comunicación e Idea Iade) y muy poco tiempo para invertir parte de los fondos europeos, una fórmula que en opinión de aquellos que conocen y regentan locales en La Alhóndiga ha fracasado.
“Lo que necesitamos en La Alhóndiga son aparcamientos, no papeletas”, así de rotundo se muestra Vicente Martín, dueño de la carnicería homónima en la galería Lope de Vega. Con más de 40 años a sus espaldas el popular mercado da signos de épocas mejores. Locales cerrados y público avejentado le delatan. El carnicero es claro, el público que compra estos días en la Lope de Vega es el mismo, las campañas no atraen a más gente, ni más jóven, sino al cliente “de toda la vida”, que además “se lían porque hay papeletas y sorteos de doce clases distintas. Hay que hacer sorteos con regalos que verdaderamente llamen la atención”, sugiere el tendero.
El aparcamiento es el principal problema, según los comerciantes, del barrio. Los camiones de reparto dan fe de ello agolpándose en las estrechas calles de La Alhóndiga. Los mozos se afanan en maniobrar con las cajas al mediodía, cuando llega la ahora de recoger. “Este año ha sido horrible, hemos vendido un 40% menos. Y todos los meses hemos tenido pérdidas, en ninguno menos del 20% menos que con respecto al año pasado”, estima Paco Cano, “las promociones no hacen que el cliente consuma más, pero sí dan más alegría porque les puede tocar alguno de los premios”. El joyero coincide en apuntar hacia el problema del aparcamiento, “es lo que de verdad necesita el comercio de La Alhóndiga. Porque si no no podemos atraer gente del Sector III, Centro… El principal problema es traer gente aquí. No podemos competir con los centros comerciales como Getafe 3. Lo que también nos mata es el horario. Aquí llega una chispita. Los clientes van a lo fácil”. Cano apunta hacia la administración, y una petición que no es ni mucho menos nueva, “lo hemos hablado, con Castro y con este, y nada”.
Proyectos que se diluyen en el peor año de la crisis
En cuanto a las inciativas, los comerciantes de la zona no se muestran nada convencidos, y menos con el panorama económico actual. La escasez económica impera en el barrio obrero de Getafe y las acciones no ayudan sustancialmente a rescatar a los comerciantes. “Tal y como está la cosa peor no podemos estar. Que algo hará la campaña, sí, pero no es suficiente”, aseguran en la carnicería Rubén y Soraya. 2013, para los comerciantes de la zona es sin duda el peor año de recesión. “Nosotros estamos ahora peor que hace un año”, asegura Mercedes Valero, peluquera, “la crisis ha llegado a mi sector ahora”. Como ella, muchos son los que ponen sus esperanzas en el pequeño repunte de los últimos días de Navidades, aunque buenos conocedores de la situación reconocen que “de donde no hay no se puede sacar”.
Precipitada, con falta de información o saturación de proyectos son algunos de los aspectos más negativos de la campaña vistos por los vendedores. Descontentos con la puesta en marcha de las iniciativas, los comerciantes opinan que su desarrollo “ha sido todo tan reciente y tan de golpe… que hubiera ayudado más haciendolo antes”, según Paco Cano; en la carnicería Rubén y Soraya opinan que se tenía que haber diferenciado entre proyectos comerciales y hosteleros, “una cosa es en un establecimiento y otra en los bares. Podrían haberlo separado. Lo hubiéramos notado más”; por su parte, Mercedes Valero considera que “hay mala información en general. Por ejemplo, para poder optar al sorteo de los vales descuento es necesario presentar los tiques, la gente no lo sabe, y los tira. Aquí -en la peluquería- estamos casi como un puesto de información”.
La excepción, el sector hostelero
Con diferencia, la restauración ha recibido con cierto entusiasmo las inciativas comerciales en La Alhóndiga. Acostumbrados a campañas gastronómicas que siguen desviando o incluso focalizan directamente sus promociones en el centro de Getafe, las indicadas exprofeso para la zona, alegran a los hosteleros, que en algunos casos confiesan no haber esperado tan buena respuesta. Tal es el caso de los locales aledaños a la plaza de Tirso de Molina, que en estas fechas acoge -también enmarcada en la campaña- la Feria de Navidad. La Taberna Bávara, “sí, hemos notado que viene más gente” y el bar El Parque, “La verdad es que no esperábamos tan buena acogida. Las promociones van muy bien”, explica Magdalena Nikolova, quien apunta algunos de los aspectos a mejorar, “no es mala época, pero podría durar algo más, en enero, feberero, cuando hay menos público”. En el Siglo XXI van más allá, “quizás la clave sea no ponerlo todo junto. La gente lo agradece y nosotros también, pero de esta manera se confunden las promociones, y no se presta tanta atención como si las pusieran en marcha por separado”. Alfonso Expósito va más allá: conocedor del barrio y de sus circunstancias actuales “en la Alhóndiga hay mucho jubilado y mucha gente extranjera”, el responsable del bar Dávila no se muestra conforme con las acciones, que solo valora por su efecto puntual, “la gente se sigue escapando al centro. El año va regular, como está la cosa difícil es complicado solucionarlo… Las raciones han sido un fracaso, no me he acogido al pincho porque no me compensa. Este año mucho peor que el pasado, he pedido 100 cajas de cocacola menos. El que diga que ha vendido mucho en estas campañas, miente”, afirma tajante.
Opiniones dispares en las asociaciones
Pese a que los proyectos aún no han finalizado, las organizadoras realizan ya las primeras apreciaciones de cómo ha ido la campaña de compras, conscientes de que este constituye el peor año en ventas desde que se inició la crisis. Si bien agradecen cualquier tipo de acción que fomente el comercio en un barrio como La Alhóndiga, desde ACOEG opinan que el proyecto se ha llevado a cabo “precipitadamente. Sin cabeza. Hubiera sido más efectivo separar las acciones, pero se ha tenido que hacer así porque había un plazo para gastar la ayuda”, indica Alejandro Rodríguez. Tímidamente satisfecho, el presidente constata que “siempre que haces algo en comercio se nota”. Desde ACEM, Mari Jose Berceruelo asegura que “la campaña está funcionando bien. En el caso de la central de compras, la gente sí compra más y encima se lo llevan a casa”. La responsable de la campaña en la galería Lope de Vega señala que incluso “viene gente de Las Margaritas, del Centro, del Sector III”, al contrario de lo que opinan los tenderos consultados en el mismo mercado.
…y las campañas fantasma
Son los proyectos de las dos empresas privadas contratadas los que más sorprenden, porque brillan por su ausencia. Según la plataforma web creada adhoc –que incluye erratas como la organización del I Encuentro de Jamón Ibérico, que fue retirada de la campaña– Monsul se encargaría del lanzamiento y puesta en marcha de las campañas de comunicación e Idea editaría la guía de comercio y hostelería. De los proyectos como La Alhóndiga, el mejor lugar para comprar (14.400 €) y Los jueves locos de La Alhóndiga (9.600 €) y propuestas: Smile (14.240 €) y Reciclado Botellas Igloo (14.240 €) no hay rastro ni en la web, ni a pie de calle.
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