De la ley de la patada en la puerta, a la ley de la patada en la boca. Sin acuerdo, sin diálogo y una vez más haciendo valer la apisonadora que tiene en el Congreso de los Diputados, el PP planea aprobar la nueva Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana, cuyo anteproyecto será presentado el viernes en el Consejo de Ministros. En él se planea blindar a la policía, pero sobre todo limitar la expresión ciudadana en la calle. Se recogen hasta 21 infracciones “muy graves” que pueden estar sancionadas con hasta 600.000 euros (100 millones de las antiguas pesetas). Esa cantidad, por ejemplo, por concentrarse frente al Congreso. De esta forma, la iniciativa Rodea el Congreso, podría haber registrado multas millonarias. Las capuchas, gorros, pañuelos o máscaras también estarán duramente penadas.
Al final, lo que se aprueba es legalizar la represión, limitar la expresión pública, cercenar los derechos ciudadanos o como ya se conoce esta ley, recibir una patada en la boca de la democracia. La policía recibirá nuevas atribuciones
El poder policial se incrementa, hasta tal punto que cualquier ciudadano estará obligado a identificarse y se le podrá inmovilizar hasta que se compruebe su identidad y que el documento no es falso. También podrán requisar el documento para efectuar esta comprobación. Además es potestad suya establecer “zonas de seguridad”, claramente dirigidas a evitar los escarches.
Lo que esta ley de la patada en la boca regula es que haya ciudadanos de primera y de segunda; reprimidos y represores; volviéndose a instaurar modos y técnicas que recuerdan a los tiempos más oscuros de la Dictadura. Las nuevas leyes recuperan antiguos miedos.
Si se esta ley sale adelante, será un flagrante ataque a la libertad. Y ya solo queda esperar que toquen otro de los pilares conquistados por la Democracia: el derecho a huelga, sobre el que pusieron la mirada la alcaldesa Ana Botella y la expresidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre. Poco a poco, los derechos conquistados se pierden. Y ya solo quedará el recurso de la manifestación…. ilegal, y con saciones, claro está.
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Blog Ellas: ¡Todos a rodear el Congreso!, por Cristina Fallarás