Andrés Sorel, escritor e intelectual, premio José Luis Sampedro 2013
Conversar con Andrés Sorel es hacerlo mirando frente a frente a la historia viva del siglo XX. Protagonista en primera persona de acontecimientos como la Revolución de los Claveles, el alzamiento del régimen castrista, el mayo francés o la invasión de Praga, este intelectual ha recibido a sus 76 años, el primer galardón de su vida: el premio José Luis Sampedro. Un homenaje, que además de premiar su trayectoria como literato viene a reconocer toda una labor humanística, que él como íntimo amigo del desaparecido Sampedro, agradece muy especialmente.
El intelectual recibió a GETAFE CAPITAL en la sede de la Asociación Colegial de Escritores de España, en Madrid, donde ejerce como secretario general, y conversó largo y tendido sobre política, historia, medios de comunicación, literatura o crisis.
La integridad, censurada hasta la actualidad
De él sorprende la capacidad crítica con que trata todos y cada uno de los temas, pero desde una postura sosegada, como quien ha reflexionado largo y tendido sobre cada aspecto de todo lo que le rodea. “He intentado ser pensador. No aceptar los catecismos. Pensar por mí mismo, dialogar con el contrario”, explica Sorel apoyando su mano en la frente, un gesto que repite a lo largo de toda la entrevista. Al igual que en la ceremonia de entrega del premio, Sorel afirma no solo que este es el primer premio de su carrera –nunca se ha presentado a ningún certámen, confiesa– sino que también fue el primer acto en el que leyó un papel. Una paradoja teniendo en cuenta que el escritor ha dado cerca de 1.000 conferencias por todo el mundo.
“Era mi sucinta protesta a cuanto nos rodea en los actuales días que vivimos. Pensé que en momentos como éste es cuando un escritor debe mostrar su verdadero compromiso, y que al tiempo que yo hablaba muchos responsables de nuestra degradada situación económica, social, cultural estaban en tribunas públicas, en la televisión, en actos gubernamentales o de partido retorciendo el lenguaje para utilizarlo al servicio de sus interminables corrupciones, para golpear con su distorsión y falseamiento las mentes de los ciudadanos a los que buscan convertir en esclavos”.
La lucha por la dignidad de la clase trabajadora ha sido la suya personal, y sigue siéndolo. “El mayor cáncer que existe en la sociedad actual es la instauración del miedo”, subraya, “se está inoculando ese miedo, que paraliza”, opina Sorel, “las actuales multas por manifestación a los jóvenes son las antiguas penas de cárcel”. Comprometido con las reivindicaciones sociales, el intelectual propone “llegar a un grito colectivo. Cómo articularlo para impedir el autosuicidio. Y eso es ser optimista”, señala.
Dictadura, Transición y Represión
El escritor ha conocido de cerca la censura, sus obras no se publicaron en España en la época franquista, pero tampoco en época de democracia. Él compara con argumentos de peso la manipulación política de los medios con los utilizados en Alemania por Goebbels.“A la Transición le sobran dos letras: la ene y la ese: Traición”, argumenta explicando cómo en su momento se acallaron las numerosas voces de la izquierda en España, “Santiago Carrillo hizo un gran daño a la capacidad de luchar”, cuenta el excomunista. “Los movimientos de jóvenes están fenomenal, pero si quieres oponerte verdaderamente a un poder hay que proponer acciones todos los días. La Transición continúa”.
Él ha encontrado en la literatura –aquella que venera el culto a la lengua patria, no la “kleenex”– su verdadera forma de protesta y reivindica el papel de los intelectuales (desaparecidos Saramago, Sampedro) más que nunca. “La literatura es pensamiento. Uno escribe porque si no se moriría. Hay que luchar como sea contra la barbarie que estamos sufriendo”.