GETAFE/Reportaje (02/02/2017) – Dicen que es el edificio más fotografiado de Las Margaritas en las últimas fechas. Y es cierto que todo el que pasa por las inmediaciones de la calle Rosa número 2 se queda mirando: «¿Qué es esa obra? ¿Qué estáis haciendo?», preguntan algunos. «Un ascensor». La cara en algunos casos es de incredulidad. «No es posible, aquí no se pueden hacer ascensores». Algunos mudan el rostro cuando les ratifican que sí, que están en ello y que antes del verano estará en marcha; y se adivina un poco de envidia, sana, eso sí. «En mi portal esto no lo van a hacer», lamenta una vecina. «Que sí, mujer, que sí. Que se puede. Y tienes derecho a pedirlo, no se pueden negar». Jesús Calero, ha sido el impulsor de un ascensor que parecía un sueño irrealizable y anima a que otros bloques sigan su ejemplo.
«Me dio un infarto, y casi me tiran por las escaleras para sacarme fuera». Vive en un cuarto, y como todos los vecinos del antiguo barrio de Las Margaritas, no tiene ascensor. «Me dijeron que tenía que ocupar el tiempo en algo, y me empeñé en que tenía que conseguir el ascensor para la comunidad». La ley le amparaba. «Si hay un discapacitado con más del 33% o un vecino mayor de 70, hay que facilitar su puesta en marcha». Los paseos al Ayuntamiento, a hablar con uno y otro técnico, el anteproyecto, los retoques, el olvido de la propuesta en los cajones, el cambio de Gobierno que obligó a empezar de cero… El camino no ha sido fácil para conseguir sacar adelante el proyecto. «Siempre le tendré que dar las gracias a Concha de la Torre, que ha puesto mucho de su parte para que esto saliera adelante». Con la jefa de licencias del Ayuntamiento han ido quemando etapas y solucionando problemas.
Solventadas las dificultades técnicas, quedaba otro escollo: que todos los vecinos estuvieran de acuerdo, algo que Jesús consiguió en el portal de la calle Rosa, 2. El ascensor, se tenía que instalar en la fachada, ya que los rellanos y la escalera no daban suficiente espacio para insertar la caja del ascensor. En este caso el acceso se va a realizar a través de las terrazas. «Nadie debía perder, y ya que para acceder había que hacerlo a través de las terrazas propusimos tres alternativas: cedían terreno por una compensación económica y pagaban la obra; cedían el terreno y no pagaban la obra; o se les compensaba la superficie de la terraza», de tal forma que no se perdía ningún metro de terraza y la empresa se comprometía a dejarla tal cual estaba con sus cerramientos y todos los complementos que tuviera. En este caso optaron por la tercera opción, y para suplir el terreno que hay que tomar para el acceso a través de la fachada, se les amplía la terraza.
No es una obra barata y había llegado el momento de pedir presupuestos y avanzar. «Empezaron a caer presupuestos y empresas del cielo. Esto es un pastel». El melón de Las Margaritas se abre y muchas empresas ven una vía de negocio si más comunidades siguen el ejemplo. El precio de este ascensor puede superar los 120.000 euros, con todas las obras que son necesarias.
Bercamp, es la asesoría que gestiona la mayor parte de las comunidades de Las Margaritas, además de esta que ha cumplido el objetivo del ascensor y ya están trabajando en otros seis o siete proyectos. El problema lo explica Miguel Ángel López, administrador de fincas: «Dentro de Las Margaritas hay dos tipos de edificación. A algunas se les permitió hacer una especie de retranqueo y ampliar la cocina o el salón. Eso complica más y encarece el precio». No cuentan con las subvenciones, aunque desde el Ayuntamiento se han reactivado las ayudas pendientes y están preparando nuevas convocatorias de ayudas.
A estos gastos se suma una preocupación. «A día de hoy el Ayuntamiento sigue cobrando tasa por ocupación de vía pública. 878 euros el año pasado». Rampas de acceso a la calle o ascensores que ocupan la vía pública, a pesar de ser para cumplir la normativa de accesibilidad, tienen que hacer este pago, al que se destina mucho del presupuesto de las comunidades. Desde el Gobierno municipal aseguran que se está trabajando en su eliminación en el proyecto de tasas y precios públicos que se llevará a Pleno.
Un barrio obrero, envejecido, carente de accesibilidad… «Muchos pisos están llenos de okupas, y muchos de ellos son gente que no es buena; también gente muy mayor: los jóvenes se han ido«. Jesús Calero sabía que el ascensor podía ser una vía de salvación para el barrio. «Es una vía para que la gente vuelva a la calle. Ya no era un ascensor, era un sueño mayor. La gente mayor saldría, los jóvenes volverían, los bancos verían que hay negocio y echarían a los okupas, y el comercio volvería a florecer…».
Pero eso no serviría de nada si no se acometían también reformas en el barrio. Así nació también el Plan de Las Margaritas, que ha comenzado en su primera fase el Ayuntamiento. «Estamos haciendo una inversión de 1 millón de euros en obras que eran necesarias: arreglar colectores y convertirlo en un barrio accesible, eliminando barreras arquitectónicas», relata Raquel Alcázar, concejala de Obras. «Apostamos por el urbanismo sostenible, y además de las calles, vamos a renovar el acerado, el asfaltado de todos los viales, sin quitar ningún aparcamiento. Reordenaremos zonas verdes y se hará un importante inversión en alumbrado público a través de luces led». También habrá una intervención inminente en la plaza principal del barrio.