Las obras del CEIP Alhóndiga indignan a padres y dirección

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

GETAFE/Urbanismo (30/11/2016) – Donde debería haber un patio lleno de chicos, se suceden vallas y elementos de obra, que conviven día a día desde hace dos meses y medio con los chavales. Esta es la situación del CEIP Alhóndiga, que acomete una reforma de calado en sus instalaciones. Una obra que debería hallarse en el ecuador pero que está abandonada. «No vemos que nadie venga a trabajar. Llevamos más de dos semanas sin ver a un trabajador por la obra: nos ponen vallas, nos cierran espacios del colegio y luego no se trabaja», explica Carmen Fernández, presidenta del AMPA.

«Es una situación caótica», certifica a su vez Ignacio Gómez, director del centro. «Está todo el patio vallado y es muy complicado acceder a las zonas de recreo. Las obras empezaron el 15 de septiembre, y no vemos que avancen, no vemos resultados: cada vez hay menos espacio, y más peligro para ellos». La reforma es ambiciosa: mejorar la accesibilidad, las pistas, los vestuarios del polideportivo, escalera de emergencia, sistemas de alarma, reforma de la cocina… Grupo Bertolín SAU fue la adjudicataria de estas obras (también se hacen simultáneamente actuaciones en el CEIP Ciudad de Getafe) con una bajada respecto al precio de licitación de un 35%. La obra supone cerca de un millón de euros y se comprometieron a tenerla finalizada en 5 meses, para mediados de febrero.

«Se ha empezado por el acceso principal», explica Ignacio Gómez. De hecho la obra más visible es el derribo de la antigua valla exterior. En su lugar luce desde hace semanas una zanja, cubierta por vallas de obra. «Según los plazos, hoy tenía que estar terminado el muro exterior», certifica Carmen. Cualquiera puede levantar la valla y entrar en el colegio. No hay seguridad, y están expuestos a sufrir un robo en cualquier momento.

Por no hablar de los patios. «Cada vez ponen más vallas, pero luego no vienen a trabajar. Tenemos que estar con mil ojos para vigilar que ningún niño se haga daño. Esta obra se tenía que haber empezado en verano», lamenta el director. Los niños de Infantil tienen que salir 10 minutos antes de clase al patio para poder acceder con tiempo a su patio de Infantil, para el que ahora tienen que dar un rodeo.

También se han clausurado los vestuarios del polideportivo. «Vinieron un día, picaron un poco, pusieron la valla, y ahí están. Ahora los niños no los pueden usar, tienen que ir a otro pabellón para cambiarse o asearse». Las mochilas se dejan en el pasillo del polideportivo. Y para más inri, llevan una semana sin calefacción, por un problema ajeno a estas obras, pero que supone una dificultad más en el día a día de este centro.

Han hablado con el Ayuntamiento y con la empresa. «Muy buenas palabras, pero no vemos que se haya solucionado nada. La empresa dice que la culpa la tiene el Ayuntamiento, y los niños están en medio, que al final son los que pagan los problemas de los adultos», lamenta Carmen, que tras de sí tiene a cientos de padres enfadados por la situación. «Estamos dispuestos a movilizarnos, a encerrarnos, a lo que sea».

Desde el Consistorio explican que han hecho un requerimiento a la empresa «por incumplimiento parcial de contrato». La sanción de momento solo sería económica. La empresa puede presentar alegaciones. Desde el Ayuntamiento se mantienen en contacto con las direcciones de los centros, han visitado las obras y también se han reunido con las AMPAS. Pero el tiempo pasa, y la inseguridad crece. «El día que pase algo, se lamentarán», advierte el director del CEIP.