Por Laura de Toledo Congosto, psicóloga y sexóloga el 16 noviembre, 2016@GetafeCapital
GETAFE/Rincón psicológico (16/11/2016) – La disfunción eréctil también se denomina coloquialmente impotencia sexual, no considero adecuado este término porque tiene connotaciones negativas y lleva implícito en su significado “faltadepoderparahaceralgo”. La disfunción eréctil no hace posible el coito o la penetración, pero las relaciones sexuales son algo mucho más amplio.
Por esto hablaremos entonces de disfunción, que se define como:
En España se estima que aproximadamente 12% de los varones entre 25 y 70 años padecen disfunción eréctil, pero solo un 16% de las personas afectadas consultan a un médico. En un estudio estadounidense relacionaron la disfunción eréctil moderada o severa con la depresión, aproximadamente el 90% de los varones con depresión grave, el 60% de los varones con depresión moderada y el 25% de los varones con depresión leve manifestaban disfunción eréctil.
El diagnóstico de disfunción eréctil se realiza a partir de aproximadamente unos 6 meses, dependiendo de las causas, presentando síntomas de incapacidad para conseguir o mantener la erección.
Las causas:
Problemas cardiovasculares (lo más frecuente), hormonales, efectos derivados del uso de fármacos… en la mayoría de los casos la causa orgánica se une a componentes psicológicos, ya sean éstos causa o consecuencia de la disfunción.
¿Qué hago si tengo o sospecho tener una disfunción eréctil?
El primer paso es consultar a un médico, independientemente de la edad, no debemos renunciar a la vida sexual, por lo que conocer lo que nos sucede nos ayudará a poner solución. La vida sexual es mucho más completa que solo el placer a través de los genitales, por lo que se puede trabajar en la recuperación de la disfunción, ayuda farmacológicay a la vez en el enriquecimiento de la erótica con la ayuda de un sexólogo/a.
Es muy frecuente que se vea afectada la autoestima, la identidad masculina se ve cuestionada, la persona no se ve capaz de ser un buen amante, aunque lo genital no lo es todo, muchas veces la erótica ve en ello la parte fundamental. Por ello parte importante será fortalecer y trabajar el crecimiento personal.
No abandonar las relaciones sexuales, de lo contrario se convertirá en un tema tabú, si hay una pareja, esto puede suponer un gran distanciamiento. Las relaciones sexuales deben vivirse de una manera corporal, disfrutando de los masajes, los besos, las caricias… y no exigente, no centrándose en el funcionamiento de los genitales.
En muchos casos se utilizan fármacos para facilitar la erección pero no es necesario tomarlo justo una hora antes, porque estas pautas alimentan la hipervigilancia de la erección que es un elemento muy negativo y que el hecho de estar vigilando hace que sea contraproducente. Es recomendable no poner a prueba los fármacos ya que estaremos poniendo a prueba la erección y nuestras capacidades, esto no va a ayudarnos a mejorar.
En algunas ocasiones la disfunción eréctil se presenta de un modo situacional, si no hay una dificultad biológica, puede ocurrir que en la masturbación no se produzca la disfunción pero ocurra en la relación en pareja. En este caso debemos acudir al sexólogo/a para que nos ayude a trabajar la autoestima, la relación y comunicación en la pareja, la auto-exigencia y flexibilizar las ideas que tenemos sobre la sexualidad.
¿Y el papel de la pareja? La pareja tiene un papel fundamental en la disfunción sexual y se ve afectada su relación, por ello le dedicaremos próximamente un artículo completo a las parejas de personas con disfunción eréctil.
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