Una nueva vida se abre para Osama y dos de sus hijos, que esta noche han dormido «profundamente» en su nueva vivienda en Getafe. Una maratoniana jornada de viajes hasta llegar a Madrid donde una avalancha de cámaras y periodistas les esperaba para tomar una instantánea del refugiado sirio que se hizo mundialmente famoso al recibir una patada de una reportera húngara en su huida del terror de la guerra. A su llegada a Madrid, donde le esperaban la alcaldesa Sara Hernández, así como el presidente de CENAFE, Miguel Ángel Galán, que ha corrido con los gastos de traslado y estancia en el municipio, Osama solo tenía palabras de agradecimiento. «Gracias España», exclamó en el escaso castellano que había aprendido en el trayecto.
El próximo objetivo es que toda la familia se reúna. Su mujer y sus otros dos hijos están aún en Turquía y desde CENAFE, como aseguraba Conrado Galán, confían en que la próxima semana puedan juntar a toda la familia. «Osama va a trabajar con nosotros, en nuestra escuela», certificó el director de CENAFE. «Afortunada zancadilla que nos ha permitido conocer a Osama y traerle aquí».
La ciudad se pone a disposición de las necesidades del refugiado sirio. «Se les prestará toda la atención educativa, sanitaria, social que precisen», explicaba Sara Hernández que insistía en que en estos momentos es fundamental cuidar los aspectos psicológicos. Aunque antes de que el niño pueda ser escolarizado, necesita regularizar su situación. ¿Es un inmigrante ilegal? En CENAFE se acogen a las palabras del ministro «que ha dicho que no lo calificaría como tal. Esperamos que en unos días su situación se normalice y pueda recibir la tarjeta roja que le acredita como refugiado». Posteriormente la familia podría reunise.