«No son 8, somos miles». Con ese lema salieron a la calle un 14 de marzo. Y efectivamente, no eran 8, eran casi 10.000 personas las que inundaron las calles de Getafe en la manifestación más multitudinaria que se recuerda en los últimos años. Para entonces la sociedad ya estaba escandalizada por la pena que se pedía para estos 8 sindicalistas que participaron en la huelga de septiembre de 2010, en unos incidentes en las puertas de Airbus que finalizaron con tiros al aire por parte de la policía. Se pide más de 8 años para cada uno de ellos. «Hemos pedido recurso de amparo ante el Constitucional del que aún estamos pendiente», explica José Alcázar, uno de los 8 de Airbus.
El proceso de instrucción se ha dilatado durante cuatro años, pero ahora entra en su fase final, con la apertura del juicio oral, cuyos preámbulos están previstos para el 10 de diciembre. En este periodo, sobre todo desde que se conociera la petición de la fiscalía, el apoyo político, social y empresarial para los ocho sindicalistas ha sido unánime. «No hemos parado de recibir apoyos». Los parlamentos autonómicos de Madrid y Castilla-La Mancha aprobaron por unanimidad una propuesta de respaldo, al igual que lo han hecho ayuntamientos como Getafe, Leganés, Fuenlabrada, Parla, Pinto, San Fernando de Henares… «Incluso tenemos el apoyo de la propia dirección de Airbus.
Piden que el proceso se paralice, «que haya entendimiento, porque no se puede criminalizar a los trabajadores y el derecho de huelga». La labor de los sindicatos en empresas como Airbus «ha sido fundamental en estos años». Su movilización pretende lograr un objetivo aún más alto: «modificar el artículo 315.3 del código penal que limita la libertad de huelga». Su lucha, es la lucha de todos los trabajadores. Y piensan ir hasta el final. Los 8 de Airbus pelean, pero con miles de voces detrás.
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